Basta un poco de la ancestral simulación, otro tanto de las deficiencias estructurales, presupuestales y hasta de voluntad política de los gobiernos de todos los niveles y finalmente, el aderezo de la realidad social, para conformar un alimento difícil de digerir pero que resulta la única opción: de las dos sopas sólo queda una.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Gómez Palacio, Valentín Pérez Rodríguez, asegura que si se aplicara el Bando de Policía, se terminaría con el desorden derivado del comercio informal. Y el alcalde Octaviano Rendón Arce dice que el líder del comercio organizado tiene razón, pero simplemente no se puede aplicar la Ley de manera tajante “porque no hay los espacios para ello”; al ejercer la normativa del Bando, se causaría un problema social mayor, cuando los ambulantes fueran desplazados de la zona centro.
Con esa visión pragmática y “realista”, con la que muchos alcaldes explican la no acción ante problemas determinados, el de Gómez Palacio caracteriza al comercio informal como un problema nacional, “una situación de hecho, no de derecho” y que si combatiera tal y como lo propone la Canaco, “lo único que tendríamos son grandes protestas en la Presidencia”.
Simplemente no hay alternativa. El propio Octaviano Rendón se pregunta ¿en qué ciudad de la región o del país han terminado de manera total con el ambulantaje?” y sentencia: “aplico la Ley y serán más graves los problemas a resolver”.
Y es que como el del ambulantaje, son muchos los problemas a lo largo y ancho del país que parecieran no tener solución; el marco legal queda reducido, expuesto, a lo que realmente fue durante décadas y que por desgracia, continuará siendo, un gigantesco monumento a la simulación.
Cabe recordar la postura asumida por el alcalde de Nuevo Laredo que, en relación al narcotráfico, marca distancia y aclara -vía su flamante jefe de Policía- que simplemente no actuará, ya que se juega la vida en el trance. Por las razones que fueran, son cada día más las autoridades que asumen su realidad: una cosa es lo que dice la Ley y otra lo que realmente se puede hacer... para desgracia de todos.