Con el regreso a clases de más de 25 millones de estudiantes pertenecientes al nivel básico del país para iniciar el ciclo escolar 2005-2006, el reto es elevar la calidad de la educación. México ocupa el décimo lugar en cuanto al número de analfabetas en las naciones de América Latina y junto con Brasil representa el núcleo duro del rezago escolar.
En el programa Nacional de Educación 2001-2006 se advierte un esfuerzo por terminar con este atraso, sin embargo la práctica de corporativismo sindical ha sido un lastre que por años ha impedido un mayor desarrollo.
Es común ver en colonias escuelas de cartón donde las situaciones son por demás precarias: suelo de arena y la ausencia de agua potable son carencias comunes. Son muchos los niños que llegan a la escuela sin haber ingerido alimento debido a la penosa situación económica de su familia. La desnutrición afecta también el aprendizaje.
A pesar de que en Coahuila el gobernador, Enrique Martínez, presume que más del 50 por ciento del presupuesto se destina a la educación, lo cierto es que aproximadamente el 60 por ciento de ese total se destina al pago de sueldos de una robusta burocracia, que en la mayoría de los casos trabaja a favor de intereses partidistas.
El rezago en el estado es grave, en las últimas evaluaciones nacionales Coahuila ha ocupado el lugar 28. Así pues este nuevo ciclo escolar tiene como reto dejar a un lado los días de asueto por juntas y festivales y en realidad cumplir con los días marcados en el calendario escolar.
Sólo una sociedad culta y educada puede alcanzar el desarrollo, de ahí la importancia de apostarle a los niños y jóvenes para acabar con un rezago que por años ha sido un lastre para la nación.
