El pasado miércoles se enfrentaron representantes de la Organización Nacional para la Protección del Patrimonio Familiar, (Onappafa), agentes de la Policía Fiscal y de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, cuando las autoridades federales intentaron decomisar dos autos modelo 95 de procedencia extranjera. El saldo fue de cuatro personas detenidas.
La proliferación de carros ilegales es una realidad que ataca de manera frontal a la industria automotriz y genera condiciones de inseguridad en las calles cuando ocurren accidentes viales, porque no se sabe de quién es un vehículo de los llamados “chuecos”. Por otro lado es injusto que haya ciudadanos a los que se les exige el pago de impuestos vehiculares y tenencias en forma puntual, mientras otros no cubren ni un centavo.
En diversas ocasiones, representantes empresariales han demandado a las autoridades terminar con la simulación. Es de todos conocido que la venta de autos “chuecos” se hace impunemente por medio de anuncios y en los grandes tianguis que existen ex profeso.
Representantes de Onappafa aseguran que la regularización es una realidad, que cuentan con el apoyo de los diputados y así invitan a la gente a adquirir carros “chocolates”. Esta posibilidad es rechazada por el senador, Alejandro Gutiérrez, ya que de haber una regularización se pondría en grave riesgo de desestabilización a la industria automotriz nacional, tanto en lo que se refiere a flujo de inversiones como en la permanencia de miles de empleos.
Hay que recordar que Coahuila, particularmente en la Región Sureste, es una de las zonas automotrices más importantes del país, también en lo que hace a la manufactura de autopartes y existe una seria preocupación entre los industriales del ramo que señalan el peligro de que el Gobierno Federal ceda a las presiones de organizaciones que se dicen defensoras del patrimonio familiar.
La aplicación de la Ley en el país se ha convertido en una gran simulación. En las calles la cultura de lo “pirata” predomina en el ambiente, desde discos y ropa hasta taxis. Así pues lo “chueco” se ha transformado en la forma de vida de muchos ante la incapacidad del Estado para generar empleos, sin embargo ésta no es una justificación para la economía informal.
Una mala costumbre en México es que en año electoral las autoridades evaden tomar decisiones por temor al costo político. Temor que ha fomentado la proliferación de vehículos “chocolates” y de la cultural de lo ilegal, convirtiendo a México por desgracia en el país de la gran simulación.