Cada año Petróleos Mexicanos debe endeudarse con 12 mil millones de dólares para continuar operando. Es el costo de la falta de una reforma energética. Sin duda se está creando un monto de deuda que en términos financieros podría definirse como insana.
El secretario de Energía, Fernando Elizondo Barragán, comenta que la industria petrolera requiere inversiones en promedio anual de 15 mil millones de dólares para desarrollar recursos prospectivos que podrían duplicar el monto de las reservas actuales. Poco a poco la gallina de los huevos de oro, que en tiempos de José López Portillo significaba la entrada al primer mundo, se está muriendo por la falta de recursos.
Para el diputado coahuilense, Eduardo Olmos Castro, Pemex necesita reorientar urgentemente sus políticas en materia de exploración y explotación de gas natural en vez de privilegiar el ramo petrolero, pues de lo contrario no solamente continuará el desplome en el potencial gasífero de la Cuenca de Burgos, sino que México aumentará su dependencia en las importaciones del hidrocarburo de Estados Unidos.
Por años la paraestatal fue la caja chica del PRI para la realización de campañas electorales, basta recordar el famoso caso del Pemexgate donde el ex gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor Seguy, desvió recursos para apoyar al entonces candidato a la Presidencia de la República, Francisco Labastida Ochoa.
La corrupción y la falta de reformas para hacer de Pemex una empresa competitiva, hoy está cobrando la factura.
Respecto al gas natural, México sigue siendo deficitario debido al marco regulatorio existente y lo que se importa actualmente de Estados Unidos, se estima en un 23.7 por ciento de la demanda total.
Finalmente y ante este escenario que presenta la paraestatal, no queda más que aceptar la afirmación del secretario de Energía, Fernando Elizondo Barragán: “la defensa de la soberanía nos está haciendo dependientes”.
Urge pues que los políticos olviden sus diferencias partidistas y apoyen las reformas que el país necesita, porque Pemex poco a poco muere sin que nadie proponga una solución para convertir a Petróleos Mexicanos en una empresa de primer mundo.