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Nuestro concepto/Visiones

Basta con tener un poco de sensibilidad y conciencia social; no se requiere mucha imaginación para proyectar escenarios de lo que puede llegar a pasar si se permite que el problema crezca. Es tan simple como que más vale prevenir que lamentar y si esto no lo pueden entender las autoridades, pues simple y sencillamente no se encuentran a la altura de las circunstancias.

El problema del “narcomenudeo” en la Comarca Lagunera es real y preocupa a todo aquel que tiene familia y más de dos dedos de frente. No se trata de esperar a que los delincuentes ganen poder y diriman sus diferencias con un baño de sangre en las calles, para hacer algo, lo que sea, para intentar erradicar de raíz un cáncer social.

No se trata de concentrar los esfuerzos en atacar las “tiendas grandes”, cuando las “chiquitas” proliferan y tampoco se trata de argumentar con alivio que el verdadero problema lo sufren estados como Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Baja California Norte y Sonora, cuando los niveles de consumo en nuestras calles aumenta cada día. Se trata de entender, de una vez y por todas, que la sociedad lagunera ya expresó su voluntad de exigir resultados concretos en la lucha contra la delincuencia organizada, contra los envenenadores y nada menos será permitido.

Es tan simple como que las corporaciones policiacas, de todos los colores y tamaños, tienen una única y gran responsabilidad, la de garantizar la seguridad de los ciudadanos y el combatir en forma puntual y eficiente -sin excusas- todas las conductas que se tipifiquen como delitos. La venta de drogas es un delito y no hay que darle más vueltas al asunto.

Cada “puchador” y cada “tiendita”, sea grande o pequeña, es una prueba de que las autoridades obligadas por la Ley a combatir el delito, simplemente no están haciendo su trabajo. No se trata de determinar si el fallo y la omisión es la resulta de ineficiencia o corrupción, ya que para el caso es lo mismo y debe tener la misma consecuencia: enfrentar el reclamo ciudadano, dejar un encargo que les quedó grande y pagar (en su caso con la cárcel) el permitir que los delincuentes sigan ganando terreno.

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