Históricamente, el primero de septiembre era el día del Presidente de la República, el día del Informe de Gobierno... hoy, al parecer, ya no es así. Para la mayoría de los mexicanos la rendición de cuentas del titular del Poder Ejecutivo Federal, bajo el rostro de Vicente Fox, pasó prácticamente desapercibida ante el impacto de otros hechos.
La tragedia que vive Estados Unidos por el paso devastador del huracán Katrina y hasta la “telenovela” de la lucha intestina por el poder en el PRI, “robó” la atención de la población y le restó peso e importancia al Informe de Vicente Fox, un presidente que pese a todas las críticas llega a la recta final de su administración con altos índices de aceptación, sobre todo si se toma en cuenta que antaño, en el quinto año, la popularidad del Ejecutivo se empezaba a desplomar ante el empuje del inicio de campaña del que resultara “ungido” dentro del PRI.
Algunos especialistas en mercadotecnia y publicidad atribuyen este sorpresivo repunte de popularidad a los últimos spots de Vicente Fox donde se presenta como el primer presidente elegido “por personas” y el primer mandatario mexicano al que todo mundo le exige cuentas y un buen trabajo. Dichos anuncios que hacen claras referencias a un pasado priista poco claro y menos democrático, no han sido bien vistos por el llamado círculo rojo (intelectuales y analistas) que sólo ven una ventana abierta a una nueva confrontación con la clase política. Sin embargo, para el grueso de la población el impacto fue positivo, al percibir un presidente vigoroso y entrón, similar a la imagen que llevó a Vicente Fox a Los Pinos.
En lo sustantivo, queda el señalar que el Quinto Informe de Gobierno fue un poco más de lo mismo. Intervenciones de partidos de Oposición criticando el trabajo realizado, mientras que los panistas hablando de los maravillosos logros del sexenio; pero lo cierto es que el Informe pasó prácticamente desapercibido para la mayoría de los mexicanos, más preocupados por resolver los problemas cotidianos como la falta de empleo, la inseguridad y las dificultades en el acceso a servicios básicos, como los de salud, entre otros.
Pendientes, hay muchos y el tiempo se acaba. El año 2006 ha llegado con mucho tiempo de anticipación; la lucha por el poder y las campañas adelantadas también han distorsionado el ambiente político de una nación que tiene muchas necesidades y que cada vez ve más lejanas las posibilidades reales para aliviarlas, y en este contexto, para el grueso de los ciudadanos, un Informe se reduce a sólo un duelo de frases.