CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Con sólo levantar la mirada al sol, los ojos duelen. David frunce el entrecejo. Se limpia el sudor de la frente. Trata de protegerse bajo la sombra de un poste mientras el semáforo cambia de color. Pero ni siquiera intenta recargarse porque correría el riesgo de quemarse la piel: el metal está caliente.
David Varela Flores tiene 35 años de edad y desde hace uno vive en Torreón. Es originario del Distrito Federal y asegura que nunca pensó que el calor del norte ?pegara? tan fuerte. Cuando lo veía en la televisión, le parecía una realidad muy lejana.
Ahora su piel es más oscura. Y es que David trabaja limpiando automóviles en la confluencia del bulevar Rodríguez Triana y Diagonal Las Fuentes. En el Distrito Federal manejaba un ?bicitaxi?, pero lo bueno, dice, es que allá el calor no es tan fuerte.
A David le gustan las aventuras: ha vivido en diferentes ciudades del país. En la Ciudad de México no tiene más que una hermana: Maura. Su madre murió cuando tenía seis meses de edad, y desde que su padre se casó con otra mujer no ha vuelto a saber nada de él. Tampoco tiene esposa ni hijos, así que puede viajar a donde quiera y cuando sea.
Trabajar a más de 40 grados centígrados a la intemperie no es fácil. David asegura que los conductores se ponen más irritables que de costumbre, así que las monedas son pocas. Pero tiene que aguantar el mal humor de los automovilistas y, sobre todo, el calor para poder ganarse la vida.
Para refrescarse un poco, David lleva botellas de agua para beber, pero al cabo de un rato se calientan, entonces es mejor dejarlas en el suelo y trabajar con la boca seca. Su piel siempre ha sido morena, y comenta que el aceite que utiliza para limpiar los carros y el sol no son una buena combinación, así que está más ?oscurito? que de costumbre.
De las seis y media de la mañana hasta el mediodía vende periódicos, luego comienza a limpiar los automóviles. ?Pero está bien canijo trabajar en la calle, el calor está fuerte y da mucha sed, los últimos días han sido bien duros y hasta flojera tengo, pero ni modo, hay que ganar dinero?.
Acostumbrarse, dice David, a este tipo de clima no es fácil: ?en las noticias de México decían mucho del calor del norte, pero no es lo mismo escucharlo que sentirlo. Ojalá la gente entienda que si trabajamos en estas condiciones es por necesidad, aquí, desde los vendedores ambulantes hasta a los limpiaparabrisas, nos cuesta mucho soportar el calor y el sol?.
