AGENCIAS
BRASILIA, BRASIL.- El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, al que pertenece el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, acusado entregar dinero a legisladores para que apoyaran iniciativas del Gobierno, negó las denuncias y aseguró que es víctima de un chantaje político.
“Mi secreto bancario y fiscal están a disposición de la justicia. Fui calumniado. Estoy indignado con lo que se dijo de mi persona y de mi partido”, dijo el tesorero del PT, Delubio Soares, acusado por el diputado Roberto Jefferson, aliado del Gobierno, de pagar 12 mil dólares mensuales a legisladores.
“El Partido de los Trabajadores no participa de compra de votos... No aceptamos ningún tipo de chantaje”, agregó en conferencia de prensa Soares, quien fue ratificado por el presidente del PT, José Genoino.
La defensa de Soares llega un día después que Lula prometiera “cortar en la propia carne” si fuera necesario para investigar cualquier ilícito y que su Gobierno “no encubrirá a nadie”.
La reacción de Lula, aunque considerada tardía por analistas ya que se produjo más de 24 horas después de que se hiciera pública la acusación de Jefferson, contribuyó a una mejora en el ánimo de los mercados ayer, que comenzaron la jornada con leves alzas tras dos días de pérdidas.
Soares habló con la prensa tras una reunión extraordinaria de la dirección del PT en Sao Paulo. En la reunión, miembros del ala izquierda del partido culparon a la política de alianzas del Gobierno por la crisis y volvieron a embestir contra su ortodoxa política económica.
Según ellos, esas alianzas reflejan la necesidad de haber buscado apoyo a cualquier costo para respaldar el brusco giro que dio Lula, un ex líder sindical, al llegar al Gobierno, desde donde aplicó una dura política monetaria y fiscal.
El grupo reiteró su pedido de renuncia del presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, bajo investigación del máximo tribunal de justicia del país por supuestas irregularidades fiscales.
Jefferson ya fue aliado de varios presidentes brasileños desde el Congreso, entre ellos de Fernando Collor de Mello, quien renunció en 1992 en medio de un escándalo por corrupción.
