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MÉXICO, DF.- Servicio de avión, comité de recepción, comidas, traslados aeropuerto-hotel-línea fronteriza, son sólo algunos de los servicios que incluía un paquete ofrecido por una banda de traficantes de seres humanos comandada por guatemaltecos y en la que participaban también agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) de México.
Lo único que no estaba incluido en el paquete era el escape de la ?migra? de Estados Unidos. Si eran detenidos a nadie se le devolvía los cinco mil dólares del viaje.
Encabezada por el guatemalteco Bernal Méndez Serrano, la banda tenía contactos con elementos del Grupo Beta, hoteleros, polleros y transportistas.
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Hoy el cabecilla de esta banda y quien fue detenido en Veracruz el año pasado y acusado de delincuencia organizada y tráfico de indocumentados está por quedar libre absolutamente de estos cargos.
La decisión la tomará un tribunal federal que analiza el caso, en el que diez de los indocumentados estafados con cinco mil dólares acusaron a Méndez Serrano de engañarlos con la promesa de llevarlos a Estados Unidos vía México.
?Cuando llegó la ?migra? sólo nos dijeron corran?, señaló María José Jiménez Flores, una camarista guatemalteca que soñó con ganar en dólares.
Como Jiménez Flores, Armando Gutiérrez Zamora, Rodrigo da Silva Oliveira, José Reyes Aldana, Alma Patricia Suárez Pérez, Saúl Márquez Mendoza, José del Valle Escoto, Claudia Boulos Cataño, Diana Osabas Olivera y Gabriela Miranda Pineda, sufrieron supuestamente la estafa de esta red internacional de traficantes de indocumentados que se servían de elementos del INM, según sus propias declaraciones contenidas en el expediente 33/2004 del Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales.
Sin embargo, el caso puede ser perdido por la Procuraduría General de la República (PGR), ya que después de estas declaraciones no se logró encontrar a los testigos que declararon que a esta red de tráfico de indocumentados estaban ligados empleados del INM, específicamente del Grupo Beta, cuyo objetivo es el de ayudar a inmigrantes en peligro.
?Modus operandi?
La banda de traficantes de ilegales siempre era contactada por los aspirantes a indocumentados. Ellos llamaban a Méndez Serrano en Guatemala. Una vez integrado un grupo de al menos cinco u ocho personas, se acordaba el día de la partida a México por la vía aérea a través de la aerolínea TACA, según la indagatorio de la Procuraduría.
Los aspirantes a indocumentados deberían llevar un tipo y color de ropa específico durante el viaje, pues a su llegada a México así serían reconocidos por los agentes de migración ligados a esta organización criminal. Ellos se encargaban de guiarlos por el aeropuerto y pasarlos sin problemas por los puntos de revisión hasta dejarlos en las salas de espera para viajar hacia Ciudad Juárez, Chihuahua.
Allá los recibían otros miembros del Instituto Nacional de Migración que eran los encargados de sacarlos de la terminal aérea y entregarlos a taxistas contratados ex profeso para llevar a los clientes hasta los hoteles. Para no despertar sospechas, los indocumentados eran ?acomodados? en hoteles como El Nuevo Embajador, Man Port, Impala, Mi Ranchito, Mónaco y otros más, donde ya existían arreglos previos para alojarlos sin que se registrara su llegada o salida.
Después de dos o tres días de permanecer en esos alojamientos, los indocumentados eran sacados y llevados a bordo de camiones a puntos de cruce con Estados Unidos. Ahí, con la ayuda de los elementos del Grupo Beta, se les pasaba nadando o en balsas hacia Estados Unidos.
Se les prometía que no tendrían problemas con la ?migra?, pero no era cierto. Cuando tuvieron a los agentes de Migración estadounidenses frente a sí la consigna fue ?¡a correr!?. A nadie de los detenidos se les devolvió el dinero cobrado por el viaje.
