Hoy por la noche, en el Archivo Municipal de Saltillo, se presenta la primera edición del libro “Once Gobernadores. 1917-1963” el cual se espera sea producto inicial de una serie que se instituirá como “Reseña Política de Coahuila”. El volumen que hoy se presenta contiene una revisión a vuelo de pájaro sobre los gobiernos coahuilenses de la mitad del medio siglo veinte; aunque no son todos y el número de los que se reseña rebasa los primeros cincuenta años de la centuria pasada, lo cual no es un capricho sino una travesura del tiempo.
Esta tarea empezó por ser un ciclo de conferencias que tendrían lugar en este Archivo durante once semanas a partir de la primera de septiembre del año 2003. Para impartirlas buscamos a historiadores, académicos o no, que tuvieran un conocimiento previo de alguno de los cuatrienios o sexenios que se iban a revisar. Sabíamos que escribir la historia de un determinado período demandaba dos condiciones previas en quienes decidieran emprender la aventura de narrarlo: haber vivido de cerca el episodio o haberlo estudiado por alguna razón.
Cuánto hubiéramos deseado que una sola persona reuniera las dos condiciones, pero eso nada más fue posible en uno de los casos: el del Gobierno del general Benecio López Padilla cuyo análisis histórico corrió a cargo de quien había sido su secretario general de Gobierno, el licenciado Francisco López Serrano, quien a pesar de su edad madura cuenta con una extraordinaria memoria y un acervo documental muy importante.
Los otros conferenciantes fueron personas allegadas por parentesco directo con el gobernante reseñado, como fue el caso del licenciado en derecho y doctor en filosofía Gustavo Espinoza Mireles, hijo del gobernador Espinoza Mireles, a los 23 años de edad titular del Poder Ejecutivo de Coahuila y promulgador de nuestra actual Constitución Política.
El historiador Álvaro Canales Santos, por su parte, había estudiado con anterioridad el caso del general Arnulfo González y el conflicto con los diputados independientes que provocaron su salida del Gobierno.
Un caso similar fue el de su colega Javier Villarreal Lozano, quien había escrito previamente sobre las circunstancias que llevaron al general Manuel Pérez Treviño al desempeño de la gubernatura y pudo hacer un análisis completo sobre este período. El afecto, no la coetaneidad, impulsó al licenciado Humberto Gómez Villarreal a aceptar el reto de ponderar el Gobierno de “un hombre necesario” como don Nazario Silvestre Ortiz Garza, de grato recuerdo en Coahuila. Luego fue la cercanía afectiva y la investigación de la vida del doctor Jesús Valdés Sánchez lo que impulsó el trabajo de María Guadalupe Sánchez de la O sobre el Gobierno de este ilustre arteaguense.
Por otra parte el gobernador y general Pedro de Verona Rodríguez Triana habían sido ya objeto de los desvelos del historiador lagunero Roberto Martínez García en la reseña de su vida política, de modo que aceptó gustoso la invitación para presentarla en el ciclo que describimos. Como ya dijimos, el abogado López Serrano tuvo a su cargo la descripción del Gobierno del general Benecio López Padilla, y a la siguiente semana fue este columnista quien narraría el triste pero gallardo episodio del gobernador Ignacio Cepeda Dávila, quien no se rindió ante las presiones centralistas del alemanismo y prefirió darse la muerte a presentar una artificial renuncia al cargo. Concluiría este sexenio el licenciado Raúl López Sánchez que recibió un gran apoyo del Gobierno Federal y realizó una obra pública hasta entonces no registrada en los anales coahuilenses.
Sobre este período dictó una entrañable charla el extraordinario acuarelista y arquitecto Alfonso Gómez Lara.
Arturo Berrueto González tuvo a su cargo dar noticia acerca del Gobierno de otro arteaguense, don Román Cepeda Flores y lo hizo en forma acertada y prolija, dado el conocimiento que tuvo de su Gobierno de modo indirecto, pues don Román frecuentaba su casa por la amistad que llevaba con quien había sido su mentor en la escuela primera, el maestro Federico Berrueto Ramón. Finalmente tocó al maestro Alfonso Vázquez Sotelo describir las condiciones políticas, económicas y sociales en que se desarrolló la administración del general Raúl Madero González, hombre bueno entre los buenos cuyo recuerdo permanece entre los coahuilenses. A todos los cronistas e historiadores, el Archivo Municipal les debe reconocimiento y gratitud.
Los gobernadores reseñados tuvieron a su cargo la enorme responsabilidad de reencauzar la vida económica, el quehacer político y el desarrollo social de Coahuila, cuya vida institucional había sido violentamente interrumpida por la Revolución Mexicana de 1910 y 1913.