Houston, (Notimex).- La Primera Corte de Apelaciones de Texas desechó el veredicto de culpabilidad emitido contra Andrea Yates, una residente local sentenciada a cadena perpetua por haber ahogado en su bañera a sus cinco hijos pequeños en junio de 2001.
La corte, integrada por tres jueces, ordenó también que Yates reciba un nuevo juicio, debido a que el juez que presidió su proceso erró al no declarar la invalidez del procedimiento luego de descubrir que el testimonio del psiquiatra, Park Dietz, era falso.
Concedió a Yates la remoción de su condena, debido a que entre otras cosas, Dietz -utilizado por la fiscalía en el juicio- testificó que la mujer había copiado sus acciones del episodio de un programa de televisión que nunca existió.
"Esto es increíble", dijo el abogado defensor de la mujer, George Parnham, al enterarse del dictamen de la corte de apelaciones.
"Estoy conmovido, increíblemente feliz y desesperado por notificar de esto a Andrea", indicó.
El 20 de junio de 2001, la propia Yates -de 37 años- llamó a la policía para notificar la muerte de sus hijos.
La policía acudió al domicilio de la mujer y encontró los cuerpos de John, de cinco años; Paul, de tres; Luke, de dos; y Mary, de seis meses de edad, alineados sobre una cama.
El cuerpo de un quinto hijo, Noah de siete años de edad, fue localizado aun flotando en la bañera.
Yates confesó haber ahogado a sus hijos pero se declaró no culpable de los crímenes por razones de enfermedad mental, mientras varios psiquiatras determinaron que la mujer sufría de esquizofrenia y de depresión post parto.
Yates informó a los psiquiatras que ahogó a sus hijos porque ellos no estaban siendo "correctos" y se quemarían en el infierno si no les quitaba la vida, mientras aún fueran inocentes.
El caso de Yates atrajo la atención en Estados Unidos y colocó el tema de la depresión post parto en primer plano.
También cuestionó el sistema legal de Texas que permite declarar culpables a enfermos mentales siempre y cuando se determine que pueden diferenciar entre el bien y el mal.
Los abogados de Yates aseguraron en el juicio que la mujer no discernía la diferencia entre el bien y el mal, cuando procedió a ahogar a sus hijos.
Yates podía haber recibido entonces la pena de muerte, pero la fiscalía no la solicitó y el jurado dictó entonces la cadena perpetua.