El Gobierno no negó la noticia, pero se rehusó a entrar en más detalles porque EU no quiere "que el enemigo sepa lo que estamos haciendo".
La Casa Blanca se defendió de las acusaciones de espionaje y aseguró que hace cuanto puede para evitar más ataques terroristas sin violar la Constitución.
Nueva York, (Notimex)- El presidente estadunidense George W. Bush autorizó en 2002 intervenir llamadas telefónicas y correos electrónicos con origen o destino a Estados Unidos sin permiso judicial de miles de ciudadanos, publicó hoy The New York Times.
La "orden ejecutiva" fue dada de forma secreta a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Desde entonces, esta agencia no tiene que pedir autorización judicial para monitorear estas comunicaciones.
Con esta medida la NSA está obligada a ello para rastrear llamadas o correos electrónicos que se producen dentro de las fronteras de Estados Unidos y son realizadas tanto por estadounidenses como por extranjeros.
El objetivo de Bush es luchar contra el terrorismo de la red Al Qaeda, dijeron al The New York Times una docena de funcionarios y ex funcionarios que conocen la orden y que hablaron bajo anonimato.
Según el diario, decidieron hacerlo ante sus dudas sobre la legalidad de esta medida que podría plantear conflictos constitucionales.
Algunos creen que la orden dada por Bush excede los límites de la llamada Ley Patriota, que concede amplios poderes al Gobierno para garantizar la seguridad nacional, sacrificando libertades individuales.
"Se trata de un cambio fundamental. Ha sido casi un canon en este país que la NSA tenga escuchas sólo en el exterior", dijo uno de los funcionarios al diario.
La Agencia controlaría las comunicaciones de unas 500 personas que residen en Estados Unidos además de las de entre cinco mil y siete mil en el exterior.
The New York Times señaló que conocía esta orden secreta desde hace un año, pero declinó publicar la información a petición de la Casa Blanca que creía que hacerlo perjudicaría sus esfuerzos en la lucha antiterrorista.
Ahora lo ha hecho después de haber reunido más datos procedentes de más fuentes. No obstante, el diario indicó que se ha omitido información sensible que podría dar pistas a los terroristas.
Los defensores del programa sostienen que ha sido una herramienta vital para descubrir y evitar varios intentos de atentados.
Citan como ejemplo el caso de un conductor de autobuses de Ohio, Ayman Faris, quien se declaró culpable en 2003 de haber ayudado a Al Qaeda en un intento por destruir el puente de Brooklyn en Nueva York.
Desde el gobierno se señaló que existen suficientes garantías para no vulnerar los derechos y libertades individuales con este programa de monitoreo.
La Casa Blanca se defiende
La Casa Blanca se defendió hoy de las acusaciones de que espió a sus propios ciudadanos después del 11-S y aseguró que hace cuanto está en sus manos para evitar más ataques terroristas sin violar la Constitución.
La Casa Blanca respondía así a las informaciones publicadas hoy por el periódico "The New York Times", según las cuales autorizó sin el debido permiso judicial el espionaje de las comunicaciones de ciudadanos de EU y extranjeros en su territorio tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, indicó que el presidente de EU, George W. Bush, "va a seguir comprometido con respetar la Constitución y protegiendo los derechos civiles de los estadounidenses".
"Creo que los estadounidenses respetan todo lo que estamos haciendo por evitar que se produzcan ataques como los del 11 de septiembre de 2001", dijo el portavoz.
McClellan, que no confirmó ni negó la noticia publicada hoy, rehusó entrar en más detalles porque EU no quiere "que el enemigo sepa lo que estamos haciendo".
En un sentido similar se pronunció la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien aseguró que "Bush ha actuado de acuerdo a la ley en todos los pasos que ha adoptado".