Managua, (EFE).- Una plaga de ratas que arrasó los cultivos de los indígenas mískitos en la zona del río Coco, en el Caribe Norte de Nicaragua, ha desatado una hambruna que ha llevado al Gobierno a decretar el "estado de desastre natural" en la región.
El director ejecutivo del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Cristóbal Sequeira, informó de que debido al brote de hambruna, que afecta a unos 6 mil indígenas mískitos de unas catorce comunidades, el día 24 se declaró el "estado de desastre natural".
Esa declaración, contemplada por la ley para las plagas agrícolas, permitirá "brindar el apoyo" a los afectados de la región del río Coco, dijo Sequeira.
El río Coco se encuentra unos 650 kilómetros al nordeste de Managua, en la línea fronteriza con Honduras, una zona de difícil acceso que requiere un viaje de al menos un día entero para poder llegar a ella por tierra desde la capital.
Sequeira explicó que en base a la declaración de desastre natural han destinado poco más de 5 mil dólares para hacer frente a la falta de alimentos en la zona.
Sin embargo, indicó que esa cantidad y los alimentos que se puedan entregar a los afectados alcanzará a lo sumo para diez días.
En base a la declaración de "desastre natural", han orientado a la Cancillería nicarag~ense para que solicite ayuda al Programa Mundial de Alimentos, la Unión Europea y la Agencia para el Desarrollo Internacional de EU para los próximos tres meses.
Sequeira informó de que tanto el Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) como el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (Inta), combaten la plaga de ratas y trabajan en la recuperación de los cultivos, lo cual tomará unos 90 días.
El pasado día 21, la veterana dirigente de la etnia mískita Hazel Law alertó al Gobierno de que unas catorce comunidades que viven a orillas del río Coco sufrían los embates del hambre.
En esa ocasión, Law informó de la muerte de cuatro niños y de que muchos otros menores y ancianos estaban a punto de fallecer de desnutrición.
La ministra de Salud, Margarita Gurdián, dijo que hasta el momento no han podido confirmar esas muertes, debido a que existen comunidades del río Coco muy recónditas a las que no han podido acceder.
Agregó que el mayor problema con que se enfrentan los mískitos, además de la falta de alimentos, es que si encuentran maíz, hortalizas o cualquier producto a medio comer por las ratas lo llevan a sus hogares, lo cual constituye un verdadero peligro.
"Prefieren comer lo que las ratas dejan a medio morder, antes que esperar la muerte por falta de alimentos", manifestó Gurdián.
Law dijo EFE que la última información que le han brindado desde la zona es que los mískitos han recurrido a alimentarse con la pesca en el río en los últimos días, porque las reservas de alimentos que tenían ya se habían agotado.