El nuevo filme de la saga está por llegar a las salas de cine
El País
LONDRES, INGLATERRA.- Más peligro, más miedo, más suspenso, más tinieblas, más personajes... el mundo de Harry Potter se oscurece en la cuarta película sobre el mago creado por J. K. Rowling. El realizador de El Cáliz de Fuego, Mike Newell, conduce al conocido trío de actores protagonistas y a los nuevos reclutas por un laberinto de amenazas y juegos adolescentes.
?Interpretar a Harry Potter me resulta mucho más fácil ahora. Conozco muy bien al personaje. Desde los 11 años, he crecido con él y también a mí se me han despertado las hormonas?. Así hablaba ayer Daniel Radcliffe, 16 años cumplidos en el verano y alter ego en la pantalla del famoso mago. En la nueva película, Harry Potter y el cáliz de fuego descubrirá la encantadora magia de las chicas, cortesía de una nueva recluta a la saga, la joven de origen asiático Katie Leung. ?No nos besamos hasta el quinto libro. Y no, ahora mismo no tengo novia. Somos todos unos tristes solteros?, advirtió con desparpajo el rey de la fiesta en nombre de sus compañeros de aventuras.
Radcliffe presidía el encuentro con la prensa internacional en un salón medieval de la City de Londres. A su costado se sentaron sus ya viejos colegas, los actores Rupert Grint y Emma Watson, -que dan vida a Ron y Hermione, respectivamente-, seguidos del director Mike Newell, el productor David Heyman y otros jóvenes que debutan en la adaptación, la más internacional hasta la fecha.
?El proyecto inicialmente me sobrecogió, pero poco a poco perdí el miedo. Se hablaba de hacer dos películas del libro, pero yo vi la forma de limitarla a una. Despojando capas y capas de sucesos se llega a la esencia de la novela: El Cáliz de Fuego es un thriller, explicó el realizador, el primer profesional británico que toma las riendas de la saga cinematográfica.
Newell ha eliminado muchos episodios en su adaptación, pero respeta el tono oscuro del original de Rowling. Desde la escena de apertura, pasando por momentos cómicos, hasta llegar al clímax del filme, que enfrentará a Harry Potter con el malvado Voldermort.
Es la primera vez que el joven huérfano se ve las caras con el asesino de sus padres, un realmente terrorífico Ralph Fiennes. Director y productor corren peligro de perder público y de hecho la película está clasificada en muchos países para mayores de 12 años. Los más pequeños sólo podrán ingresar a las salas acompañados de un adulto. ?La audiencia ha crecido con nosotros y ahora perderemos posiblemente a los pequeños. Yo misma me asusté con algunas escenas. Pero la película es muy honesta respecto al libro y me alegro de ello.
?No se puede ignorar que un estudiante muere en la novela y que ésta gira en torno a tópicos más serios y profundos que en las entregas anteriores?, señaló Watson. También su personaje, Hermione, da un vuelco a su tradicional imagen de sabelotodo. En El cáliz de fuego, Watson deslumbrará al resto de los estudiantes de Hogwarts bailando un vals con su primer novio, el supercampeón de Quidditch, que interpreta el húngaro Stanislav Ianevski.
?En mi país me tratan como a un pequeño héroe?, confesó el joven debutante.
Sale caro
Tenía el respaldo de uno de los estudios más grandes de Hollywood y un presupuesto que calificó como "colosal", pero el director británico Mike Newell debió luchar continuamente por dinero mientras filmaba la última película del éxito taquillero Harry Potter.
Newell dijo que su experiencia no fue diferente a la de las películas menores, en las que sentía que nunca habían suficientes fondos para terminar el trabajo.
"Recuerdo claramente que unos meses después de empezar el trabajo estuve sumamente enojado por la falta de dinero, no había el dinero suficiente para hacer la película correctamente y eso realmente me molestó", dijo Newell.
El director puso el ejemplo de primera escena del filme cargada de efectos especiales, en el Mundial de Quidditch, que fue objeto de acalorados debates entre el director y los productores.
Finalmente, Newell logró su inclusión argumentado que los seguidores de Potter se sentirían defraudados.
