El ex teniente de alcalde de la ciudad nororiental china de Tsingdao fue condenado a pena de muerte por aceptar mil dólares en sobornos.
Pekín, 14 ene (EFE).- El ex teniente de alcalde de la ciudad nororiental china de Tsingdao fue condenado a pena de muerte suspendida durante dos años, equivalente a cadena perpetua, por aceptar 600 mil dólares en sobornos, informó hoy la prensa oficial.
Según la sentencia, Wang Yan, quien era también secretario de partido local, se benefició de sus cargos públicos al admitir 27 sobornos por parte de 14 empresas e instituciones relacionadas fundamentalmente con la construcción.
El tribunal popular de Jinan, capital de la provincia de Shandong, consideró que, entre mayo de 1999 y septiembre de 2003, el entonces teniente de alcalde ayudó a las compañías en la adquisición de terrenos y viviendas, proyectos de construcción y adjudicación de obras.
En China, la pena capital suspendida es la más habitual cuando alguien es condenado a muerte y significa que, si el preso muestra buen comportamiento durante dos años, la sentencia se le conmuta por la cadena perpetua.
Las autoridades locales calificaron el caso de Wang como uno de los mayores escándalos de corrupción anunciados en los últimos meses por el Ministerio de Tierra y Recursos Naturales chino, y recordaron que otros acusados se enfrentarán pronto a la justicia.
Los abusos de poder en las operaciones inmobiliarias han aumentado drásticamente en China en los últimos años, con desalojos irregulares y falta de transparencia en las transacciones, según reconoce el propio Gobierno.
Desde que a finales de la década de 1990 el Partido Comunista de China (PCCh) comenzara su campaña contra la corrupción, miles de altos cargos de la gigante y enmarañada maquinaria burocrática fueron detenidos y juzgados (algunos de ellos ejecutados).
Los escándalos saltan a los medios de comunicación prácticamente a diario y el malestar popular crece, de lo que se hizo eco esta misma semana el presidente del país, Hu Jintao, al manifestar que la corrupción "es el factor más peligroso de todos los que pueden debilitar la base del Gobierno".