SUICIDIO
Serénate y goza
lo que hay que gozar
clarifica tu mente
no sufras jamás.
Las crueles angustias
ya se esfumarán
y las cosas bellas
por fin llegarán.
La gruesa amargura
y la cruel desventura
triste fin tendrán.
Y aquellas torturas
que te hacías llorar
como nubes cargadas
desaparecieron y no volverán.
Cual sutil ruego en la negación
tendrás paz y calma
que Dios mandará.
Del libro: En el Alarido de lo Inmarcesible.