VEJEZ
Vejez que no es castigo.
es presea, es trofeo
ganado en el maratón
de la experiencia que se
acumula con orgullo
de ser un archivo
de recuerdos y satisfacciones
que la juventud no tiene;
y que es una fuente
donde corre la sabiduría
adquirida con el paso de los años.
En cada anciano debería
de prevalecer una sonrisa
de triunfo y una corona
de gloria, para poder llevar
con altivez ese cansado rostro
surcado por el tiempo
y que vale oro, y esos vivaces ojos
que tienen destellos de colores
teñidos por el tiempo
que la vida les designó.
Para que algún día puedan musitar como el poeta
?Vida nada me debes...
vida estamos en paz?.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.