BALTIMORE, MARYLAND.- Ayer el centro de atención estaba puesto en la cueva de los jugadores reservas de los Orioles de Baltimore, donde se encontraba el primera base cubano Rafael Palmeiro, de vuelta de la suspensión de diez días por consumo de esteroides.
Aunque Palmeiro no jugó por decisión del manejador Sam Perlozzo, se convirtió durante el calentamiento en el más asediado por los periodistas que le preguntaron como se sentía después de la suspensión y sus respuestas fueron hechas con frases muy elaboradas y cuidadas en cada expresión.
Recordó que era la primera vez como profesional que no jugaba porque durante los 20 años de profesional nunca había estado en la lista de lesionados.
?No he trabajado nada durante los últimos diez días y necesitó al menos dos para ponerme en forma?, comentó Palmeiro. ?Me siento bien y esto no es como el campo de entrenamiento de primavera porque ya he jugado 100 partidos, por lo tanto estaré listo enseguida?.
Después que los aficionados de los Orioles le dedicaron una gran ovación a Palmeiro, el que acaparó toda la atención fue el abridor panameño Bruce Chen con sus lanzamientos y control desde el montículo. Chen fue la clave para que su equipo ganara 4-2 a las Mantarrayas de Tampa Bay.
El trabajo del panameño, que lanzó siete entradas completas para permitir tres imparables con dos carreras limpias, sin bases por bolas y cinco ponches, abrió el camino de la victoria, la tercera consecutiva, y la que completó la barrida de la serie, la primera que tuvieron los Orioles desde el pasado 13 al 15 de junio cuando ganaron a los Astros de Houston en interligas.
?Me he sentido muy a gusto en todo lo que hice con los lanzamientos y el triunfo es importante para todos?, declaró Chen, que con sus acciones no hizo necesaria la presencia de Palmeiro en la noveno de los Orioles.
?El trabajo que ha hecho Bruce en el montículo ha sido excepcional?, destacó Perlozzo, el manejador interino de los Orioles.