La huelga de este 10 de marzo en el sector público y los paros en el privado, se convocaron en protesta por la reforma de las 35 horas de trabajo semanales.
París, (EFE).- Francia registró hoy importantes perturbaciones en los transportes debido a la movilización nacional convocada por los principales sindicatos en contra de la política social del Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin.
La huelga de este 10 de marzo en el sector público y los paros en el privado, que están teniendo un dispar seguimiento, se convocaron en principio en protesta por la reforma de las 35 horas de trabajo semanales, pero las reivindicaciones se han engrosado después con la defensa del poder adquisitivo y del empleo.
Son los lemas que marcan las aproximadamente 150 manifestaciones convocadas en toda Francia, y que han sido muy seguidas en Marsella, Toulouse, Perpiñán, Burdeos, Rennes, Pau o Clermont-Ferrand, donde tuvieron lugar esta mañana.
En París, la marcha, que arrancó a primera hora de esta tarde, iba encabezada por los principales líderes sindicales, tras una pancarta en la que se leía: "aumento de salarios, disminución del tiempo de trabajo, contra las desregularizaciones y el paro".
Pegatinas a favor de la liberación de la periodista Florence Aubenas, desaparecida en hace más de dos meses en Irak, y en apoyo a la candidatura olímpica de París también salpicaban la marcha parisiense, cuyo trayecto se ha elegido para alterar lo menos posible la visita de los miembros del Comité Olímpico Internacional.
Desde primera hora de la mañana, los transportes terrestres, aéreos y marítimos registraron importantes perturbaciones.
Aunque ninguno se ha paralizado completamente, los aeropuertos parisienses vieron bastante reducido su tráfico aéreo: Orly sólo pudo asegurar el 25 por ciento de sus vuelos esta mañana, aunque luego remontó al 50 por ciento, mientras que en Roissy-Charles de Gaulle salieron el 75 por ciento de los programados, según Aeropuertos de París (ADP).
El tráfico en los ferrocarriles franceses es conforme a las previsiones, según la dirección de la empresa nacional ferroviaria SNCF, donde el 29,75 por ciento de los maquinistas ha secundado la protesta.
Funcionan uno de cada dos trenes de alta velocidad, el 30 por ciento de los trenes de largo recorrido y entre el 25 y 50 por ciento de los regionales.
El panorama está más despejado en lo que respecta a los Eurostar, que unen París y Londres, y los Thalys (París-Bruselas), cuyo tráfico es superior al 90 por ciento.
El servicio es normal en los trenes Elipsos (Francia-España) y Lyria (París-Lausana-Berna-Zúrich), mientras que en el de Artesia (Francia-Italia) sólo funcionan el 30 por ciento de los trenes.
En las grandes ciudades, especialmente en París, la hora punta de esta mañana fue especialmente difícil, lo que causó atascos en la región de Isla de Francia de hasta 200 kilómetros.
Entre el 15 al 25 por ciento, según diferentes fuentes, secundan la huelga en La Poste (correos), entre el 23,61% y el 41,23% en la Educación Nacional, entre el 19% y el 40% en el Banco de Francia y el 24% en France Télécom, mientras que muchos medios de comunicación públicos emiten música en vez de su programación habitual.
El seguimiento de esta jornada de acción sindical es más difícil de cuantificar en las empresas privadas, pues en ese sector se ha optado por paros concretos.
Después de las manifestaciones del sector público de finales de enero pasado, a las que se sumaron los trabajadores del privado el 5 de febrero, los sindicatos mayoritarios -CGT, CFDT, FO, CFDT, Unsa y Solidarites- han vuelto a echar un pulso al Gobierno de Raffarin, a tres meses del referéndum sobre la Constitución europea.
El Ejecutivo, que teme que ese descontento se canalice hacia un "no" a la Constitución europea en el referéndum del próximo 29 de mayo, debe "tener en cuenta los mensajes" de los manifestantes y "los problemas del poder adquisitivo", dijo hoy el ministro de Transportes, Gilles de Robien.
Su colega encargado de las Relaciones del Trabajo, Gérard Larcher, opinó que el Gobierno no debe "desinteresarse" de la negociación salarial y abogó por el "diálogo".
"No tengo ninguna orden del Gobierno para negociar", dijo el ministro de la Función Pública, Renaud Dutreil, aunque el titular de Cohesión Social, Jean-Louis Borloo, ha convocado una reunión el próximo día 18 para tratar las reivindicaciones de los funcionarios.
Tampoco tienen mucho margen de maniobra para aumentar salarios las pequeñas y medianas empresas, advirtió hoy el jefe de la Confederación General de las PYMES (CGPME), Jean-Francois Roubaud.
Desde la oposición, el líder socialista, Francois Hollande, instó al Gobierno a hacer "gestos concretos muy rápido" a favor de los trabajadores.