AP
LA PAZ, BOLIVIA.- Decenas de miles de personas paralizaron el centro de La Paz al marchar en contra del Gobierno y del Congreso a los que les exigieron la nacionalización de la explotación de los hidrocarburos, mientras otros grupos bloquearon dos importantes rutas.
Los manifestantes intentaron ingresar a la plaza Murillo, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, pero la Policía lo impidió sin que se hubieran registrado incidentes. De todos modos, la fuerza instruyó el desalojo del Congreso ante el posible rebazamiento del resguardo policial.
El comandante de la Policía, general David Aramayo, confirmó que no se registraron incidentes de consideración, aunque sí “fueron detenidas algunas personas, algún ebrio”.
Las marchas fueron protagonizadas por miembros de la Federación de Juntas Vecinales y de la Central Obrera Regional de la vecina ciudad de El Alto y del partido Movimiento al Socialismo (MAS), fuerzas que han firmado un “Pacto por la Dignidad y la Soberanía”.
Muchos de los marchistas reclamaron la renuncia del presidente Carlos Mesa y el cierre del Congreso, al calificar al mandatario y a los legisladores de “traidores”, porque se oponen mayoritariamente a la nacionalización de los hidrocarburos.
Por otra parte, agrupaciones de indígenas, campesinos y mineros, algunas vinculadas al MAS, iniciaron el bloqueo de la carreteras La Paz-Oruro y Oruro-Cochabamba, dos de las más importantes del país.
Los manifestantes, decenas de los cuales iniciaron una marcha desde Caracollo -190 kilómetros al sur de La Paz- hacia esta capital reclamaban también la nacionalización y la atención a otros requerimientos sectoriales.
En tanto, varios de los partidos más importantes y la empresa privada pidieron a Mesa la inmediata promulgación del proyecto de Ley de hidrocarburos aprobado por el Congreso el seis de mayo, que no contempla la nacionalización, pero sí la creación de un impuesto a la producción de carburantes del 32 por ciento.