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Patadas bajo la mesa/Divagaciones de la manzana

Martha Chapa

Abordo ahora un tema del que las mujeres en general nos mantenemos a distancia: el futbol, aunque debo reconocer también que en los últimos años las mujeres ya van más a los estadios e incluso se han multiplicado los equipos de futbol femenil.

Escojo el tema porque, si bien este deporte goza de la mayor popularidad y afición en México y el mundo, no sólo es espectáculo sino también un eje político. En esta ocasión quiero referirme a dos puntos ligados al balompié: la polémica sobre el número de jugadores extranjeros que deben estar en los equipos mexicanos de futbol y el caso de la futbolista a la que se le impidió jugar en la segunda división, eufemísticamente llamada “primera división A”.

En primer término, por lo que toca a la propuesta de extender hasta seis el número de jugadores provenientes de otros países que podrían jugar en México, pienso que de aprobarse sería perjudicial. Considero que la norma que se aplica en la actualidad, que es de cuatro extranjeros por equipo, es la correcta, porque si bien se enriquece el espectáculo y mejora la técnica de los nacionales, no frustra ni anula la aparición de nuevos valores.

Aún más, todo esto es relativo, si partimos del hecho de que el club Guadalajara, integrado exclusivamente por futbolistas mexicanos, es el que más campeonatos ha ganado en la historia del balompié local y ha obtenido sonados triunfos internacionales.

En contrapartida, en diferentes temporadas hemos atestiguado que, a pesar de todas las estrellas que han importado algunos clubes de los llamados “ricos” (preponderantemente el equipo de Televisa, el América), no han llegado muchas veces ni a cuartos de final, ni su inversión ha servido para que se fogueen los nuestros y la Selección Nacional ocupe un mejor lugar en los campeonatos mundiales. En todo caso, no se trata tampoco de cerrarse a otras experiencias y aprendizajes, ni desmantelar el talento deportivo que existe y es abundante en México.

Por otra parte, está el caso de Maribel Domínguez, quien pidió una oportunidad para jugar en un equipo profesional de futbol, sueño que se desmoronó. Esto me parece injusto y discriminatorio, porque la mujer tiene derecho y capacidad para desarrollar cualquier disciplina, pues ha quedado muy claro que no se trata del sexo débil. ¿Por qué no haberle permitido al menos una prueba, o que experimentalmente jugara algunos partidos y dejarle a ella la decisión de continuar o regresar a una liga propia de mujeres?

Ya se ve que todavía subsisten focos de machismo, en este caso en el deporte comercial, aun cuando pronostico que en los próximos años tales barreras se derrumbarán y llegaremos a tener equipos mixtos.

Bueno, todo esto sin adentrarme por el momento en lo que el futbol representa en términos de negocio, fenómeno de masas, manipulación social y distracción política, que trataré en otra ocasión, pues a veces suele haber tras bambalinas todo una mezcla que está “de la patada”.

e mail: enlachapa@prodigy.net.mx

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