A la clase gobernante, a los principales actores políticos les gusta debatir, confrontar posturas, componer al país… en teoría. Ahora, el gran debate es Pemex, la gran riqueza de todos los mexicanos que sin embargo no alivia la precaria situación actual de la mayoría, pero sí al Sindicato y al Gobierno Federal, y gracias al actual régimen fiscal, contribuye en forma sustantiva al financiamiento del aparato burocrático.
Y como lo importante es la palabra, pues el 67 aniversario de la expropiación petrolera sirvió de marco para que cada quién fijara su postura. Tal vez la más significativa por tratarse nada menos que del hijo del “Tata” Lázaro, fue la de Cuauhtémoc Cárdenas, quien expuso que sin modificar el texto constitucional, “hay una gran oportunidad de inversión privada y extranjera en este sector; no sé por qué no lo quieren ver, pues esa participación ya se está dando,y lo que debe hacerse es facilitarla en sectores como petroquímica o refinación”.
En contraparte, el hombre que según todas las encuestas sería el próximo presidente de la República si la elección se llevará a cabo el día de hoy y que está dispuesto a buscar la silla grande en Los Pinos desde la cárcel, Andrés Manuel López Obrador, asegura que no hay ninguna justificación válida para privatizar a Petróleos Mexicanos: “ya sé que les brillan los ojitos a los ambiciosos de siempre, pero eso no lo vamos a permitir, no se va a permitir la entrega del petróleo; como lo dispuso el general Cárdenas, tiene que ser un negocio para los mexicanos, no puede convertirse en un negocio particular”.
Sobra decir que el presidente Fox pide reformas “hoy, hoy, hoy”. Mientras sigue el debate -privatizar o no, la gran cuestión- la vapuleada paraestatal reporta un desplome en las reservas probadas de crudo en algo así como el 6.6 por ciento, además de que arrastra pasivos en el orden de los 960 mil millones de pesos, por lo que la gran riqueza de todos los mexicanos es cada día menos. Sólo falta que los que hoy se agotan en el discurso entiendan por fin que hay que hacer algo, lo que sea, pero ya.