Con estas líneas quisiera expresar el enorme agradecimiento que sentimos por haber salvado a nuestra perrita. Me gustaría que sirviera como motivación para todas aquellas personas que eligen la carrera de veterinario como profesión y les alienta a no perder nunca sus principios, porque éstos, unidos a una enorme vocación, pueden salvar la vida de muchos animalitos, que como nuestra ?Karina?, sin su ayuda, morirían sin remedio.
?Karina? es una Bulldog Inglés de diez años maravillosos, la lástima es que sólo hace uno que disfrutamos de su compañía. Supimos de ella por un anuncio, la daban en adopción y nos interesó tanto que no pudimos resistir no ir a buscarla. Pero la emoción de tenerla con nosotros la empañó saber su procedencia y ver el estado en que se encontraba. Sólo les diré que provenía de un criador y omito el resto de detalles porque lo realmente importante es que aunque estaba muy enferma y sola, pudimos sacarla adelante. Y ?pudimos? no sólo mi marido y yo, sino todo un equipo de veterinarios fantástico y el personal de la clínica que no se han desalentado nunca, ni tan siquiera cuando nos vieron entrar con ella en brazos, desnutrida y sucia, sin fuerzas para ponerse en pie el día que la recogimos de la perrera. La cuidaron y la mimaron, siempre tuvieron palabras de consuelo aún cuando su recuperación fue lenta y costosa. La sacaron adelante y la convirtieron en una ?gordita? maravillosa; la adoramos y es la sombra de nuestra pequeña ?Baby? una Bulldog Francés de veinte meses de edad, de la que no se separan un momento.
A pesar de todo esto, su salud nos jugó una mala pasada, porque hace dos meses le diagnosticaron un tumor mamario. No se imaginan lo mucho que meditaron en operarla, se aseguraron en todo momento y sólo cuando creyeron que realmente la operación sería un éxito se decidieron a intervenirla. Y así fue, la cirugía fue fantásticamente bien, pero ?Karina? tuvo complicaciones pulmonares, porque acumuló muchísimo moco y prácticamente se nos moría. Pero, sin embargo y de nuevo volvieron a salvarla, no la dejaron sola ni un momento y no sólo los veterinarios sino también los ayudantes de la clínica no hacían más que preocuparse por ella y por nosotros, porque cuando estuvo tan malita siempre tuvimos su apoyo y consuelo, compartiendo nuestro dolor, sólo había que mirar a través de sus ojos. Y ese amor salvó a ?Karina?, que como un ángel empezó a ganar fuerzas y cuando quisimos darnos cuenta ya estaba incorporada y con unas ganas enormes de vivir.
Ella nos ha demostrado que tiene un corazón lleno de vida, pero sobre todo esta experiencia nos ha hecho ver, una vez más que con gente como la que estuvo ayudándola a salir adelante, todo merece la pena. ?Karina? vive gracias a su ayuda, su amor y dedicación, porque desde que la recogimos sus consejos han sido como el aire que respira para nuestra ?gordita?. Si ?Karina? fuera quien escribiera estas líneas los mencionaría a todos porque los adora.
Pero seguro que a quien más se lo agradecería es a Natalia, su veterinaria, que nunca ha tirado la toalla, siempre nos ha ayudado y su interés y dedicación han permitido que hoy ?Karina? esté con nosotros, con ese brillo tan hermoso en sus ojos y con su familia tan numerosa, porque su familia también son todos ellos.
Siempre estaremos agradecidos, porque la vida de cualquier ser vivo merece la pena y con gente tan maravillosa como ustedes tal vez consigamos que, algún día, muchos piensen igual. ¡Gracias!
Una clienta agradecida.