Hace unos días una cliente se quejaba de su gato Persa, ya no sabe qué hacer con él, pues últimamente ha tomado la costumbre de orinarse sobre las camas u objetos que sabe él que llama la atención, como revelándose contra ?algo? que le hicieron y en venganza está actuando de esa manera. En otros casos los dueños se quejan del comportamiento de sus gatos, principalmente cuando salen de vacaciones o los dejan por algún tiempo porque simplemente tienen que viajar y al regreso el comportamiento de su mascota es la de un niño malcriado que lo encuentran con diferente carácter o actitud, que no les hace falta hablar para ?reclamarles? que lo han dejado solo.
Afortunadamente existe un método curativo naturista llamado las flores de Bach, que fue descubierto por el médico galés Edward Bach (1886-1939), quien llegó a la conclusión de que los trastornos emocionales son el origen tanto de problemas psicológicos como de problemas físicos, la enfermedad no es el enemigo a combatir, sino tan sólo la señal de que algo va mal a nivel emocional.
Las flores de Bach fueron aceptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1976, y su eficacia se ha comprobado científicamente, constatándose que funcionan según las leyes de la física subatómica.
¿Qué son las flores de Bach? Son 38 esencias florales, elaboradas a partir de 38 plantas distintas, como la haya, el roble, la achicoria, etc., por nombrar algunas de las más conocidas. Cada una de estas esencias equilibra un estado emocional en el paciente, ya sea éste una persona o un animal. Así, hay flores para la ira y los celos, para la hiperactividad, para el miedo, para los vértigos y los mareos, y así sucesivamente.
¿Cómo actúan? Las flores de Bach armonizan las emociones del paciente, equilibrando su carácter y consiguiendo así su curación. Cuando se modifica la forma que tiene el perro de percibir su entorno, se modifica también su forma de actuar, alcanzándose así la verdadera curación, y no sólo la represión transitoria de los síntomas.
Este sistema curativo es totalmente natural. No causa dependencias, es compatible con otras terapias, no hay desequilibrio ni tampoco es posible la sobredosis. Si un animal ingiere de golpe un frasco entero, esta dosis equivaldría a una sola toma ya que las flores actúan por frecuencia no por cantidad.
Los tratamientos siempre son de duración limitada, pero el tiempo que tarde en modificarse la estructura de carácter del animal depende de muchos factores, especialmente de su ambiente. Así, podemos tratar la hiperactividad de un Cocker con buenos resultados, pero si este animal vive rodeado de niños o en un ambiente de sobreestimulación, el problema puede no desaparecer del todo. Normalmente, los cambios de comportamiento pueden empezar a hacerse visibles a partir del primer mes de tratamiento.
Los gatos siempre serán nuestro dolor de cabeza pues es difícil adiestrarlos, ya que a diferencia de los perros, no son jerárquicos sino asociativos. Esto implica que no responden al castigo obedeciendo, sino atacando, huyendo o quedándose indiferentes.
Sólo la correcta utilización de las flores será lo que determine la eficacia del tratamiento, por lo que siempre debe ser un especialista no sólo en flores, sino también en psicología animal, el que recete flores para su mascota.
Las flores de Bach, es una buena alternativa para el tratamiento de algunas enfermedades, pero esto no quiere decir que las flores puedan sustituir la visita al veterinario.
