Al estar auscultando a ?Coki? sus gruñidos no se hacían esperar, muy amable nos decía su dueña, es algo gruñón pero realmente es muy buen perrito. ?Coki? es un pequeño Poodle de diez años de edad, seis kilogramos de peso de color miel.
Aparentemente todo se encontraba bien, su temperamento, frecuencia cardiaca y respiratoria normal, sus mucosas y su piel en excelente estado, su apetito normal, la causa de la visita al veterinario era la hematuria, presencia de sangre en la orina.
Por lo regular todos los veterinarios dedicados a las pequeñas especies, sabemos de la gran estima que se le tiene a las mascotas, así que dar un diagnóstico sin estar completamente seguros, ocasionará malestar y sobre todo lágrimas en caso de ser grave la enfermedad, en este caso pensé en algún problema renal, por la edad de ?Coki?, estaba en el rango de las probabilidades de que sus riñones ya no funcionen normalmente.
La dueña muy serena y muy amable, una maestra joven, al preguntarme sobre la causa del problema, le expliqué que pueden ser varios factores, desde una simple infección hasta una insuficiencia renal, le indiqué el procedimiento en estos casos, lo primero era realizar una serie de estudios para ver el funcionamiento de sus riñones, entonces con mucha serenidad me dijo que comprendía todo esto ya que ella padecía de una enfermedad similar.
Desafortunadamente los resultados de laboratorio me indicaron que sus riñones no trabajaban adecuadamente, así que tendríamos que seguir evaluando y sobre todo recibir una dieta especial. Afortunadamente hoy en día las fábricas de alimento para mascotas elaboran dietas de acuerdo al problema específico del animal, en este caso la dieta que se daría era baja en proteínas.
No todos los perros logran aceptar el cambio de alimento, y menos cuando en casa los consienten de una manera exagerada, ?Coki? comía carne a diario, recuerdo cuando le dije que debíamos ir quitando paulatinamente la carne, fue una noticia muy dura para la dueña, así que le recomendé un alimento específico para no causar tanto daño a los riñones y afortunadamente a su mascota le sentó de maravilla el alimento especial, por cierto ya van para tres años consumiendo esta croqueta.
Ha evolucionado satisfactoriamente la enfermedad, ya que en estos casos no desaparece el problema, sólo lo sobrellevamos, tratando de darle a la mascota una vida de calidad evitando un trabajo excesivo para sus riñones, administrándole fármacos y una dieta adecuada.
Desde entonces ?Coki? no consume otro alimento que no sea su croqueta especial, su problema no se ha incrementado de una manera grave, pero desafortunadamente para su dueña no fue lo mismo, ella falleció recientemente dejando a su querida mascota al cuidado de su madre, aunque admite que no es muy aficionada a las mascotas, pero de sobra sale mencionar que está muy al pendiente de ?Coki? y le tiene un gran cariño pues es muy grato recuerdo en vida de su hija, y siempre que lo lleva a la clínica nos dice, es algo gruñón pero es buen perrito.