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Pequeñas especies / UNA FAMILIA NUMEROSA

MVZ Francisco Núñez González

Me encontraba en la clínica el sábado el día de más trabajo en la semana, cuando una señora fue a preguntarme muy preocupada por su perrita que minutos antes se había extraviado, se trataba de una pastor alemán de cinco meses de edad, lamentablemente no la había visto ni nos habían reportado mascotas extraviadas y se fue algo consternada.

El lunes en la mañana mi asistente recibió a una pareja de pastor alemán, a ?Tyson? de un año de edad que necesitaba de algunas vacunas y a ?Camila? de cinco meses que venía a consulta, ambos perros propiedad de un señor de unos cuarenta años de edad, muy amable y de temperamento muy tranquilo. Desafortunadamente ?Camila? se encontraba en una situación delicada, presentaba un cuadro clínico de gastroenteritis, vómito y diarrea con sangre, completamente deshidratada, no podía sostenerse en pie y lo peor, con un dolor abdominal agudo, el dueño no se percató de la gravedad y simplemente la dejó a consulta. Inmediatamente se le aplicó suero y el tratamiento vía intravenosa, incluso la sedamos para que dejara de sufrir, ya que el dolor en ocasiones provoca la muerte del paciente aunque no sea de gravedad la enfermedad. Por la tarde pasó la esposa del señor con una extensa comitiva de pequeñines, pensaba que se trataba de los amiguitos de sus hijos que venían a ver a la paciente, pues así lo acostumbran algunas personas.

Al ver a la señora dueña de ?Camila? me di cuenta que se trataba de la persona que me preguntó días antes por su perrita extraviada, la cual encontró enferma, lamentablemente le dije que su mascota se encontraba grave y que era necesario hospitalizarla, y al preguntarme sobre las posibilidades de vida de ?Camila? le dije que eran mínimas, que la habíamos recibido en coma y completamente deshidratada y su diarrea era prácticamente sangre, así que no le di muchas esperanzas por la gravedad de la enfermedad. Recuerdo que antes de cerrar la clínica le preparamos el suero para toda la noche con su tratamiento específico. Al día siguiente a las seis de la mañana antes de dirigirme a la escuela donde doy clases fui a revisarla, sinceramente me esperaba cualquier otra cosa menos lo que vi. Se encontraba incorporada y al verme empezó a mover la cola con gran gusto que no parecía la misma de ayer. En ocasiones nos sorprende la vitalidad y la recuperación de las mascotas, que no dejo de asombrarme sobre los misterios de la clínica de las pequeñas especies. Le hablé a sus dueños y les dije que podían pasar por la tarde por ?Camila? ya que había evolucionado satisfactoriamente. Al llegar la señora por su perrita, venía ahora con una comitiva más grande de niños y además traía a otra mascota a consulta, se trataba de una perrita poodle de mes y medio de edad, su hijo de tres años al abrazarla y apretarla con tanto cariño le había provocado cierto traumatismo que presentaba rigidez muscular en todo su cuerpo, como si se tratara de una intoxicación, casi al grado de convulsionarse, afortunadamente la llevaron de inmediato y la tuvimos en observación, después del tratamiento se la llevaron completamente restablecida.

Al momento de hacer las cuentas de las tres mascotas, me platicaba la señora que le había reclamado a su marido sobre el gasto de los perros, ya que ella utilizaba la atención médica del sector público de salud para la atención de sus hijos y que su marido muy tranquilo acudía con un veterinario particular. Al decirle que la comprendía, ya que de seguro era más el número de mascotas que sus hijos, y me contesta con una sonrisa nerviosa, se equivoca doctor, tengo el número de hijos que se necesita para formar un equipo completo de futbol, cuento con once hermosas criaturas.

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