América, como todas las cosas en este mundo, fue cuestión de terquedad. El que la tuvo fue Colón. No falta quien diga que el vikingo Leif Ericsson ya para entonces le había echado una mirada, pero, da lo mismo, el descubrimiento valedero sigue siendo el del doce de octubre y sanseacabó.
Lo que importaba en los tiempos de Colón era encontrar una ruta más corta de Asia por mar. Colón creyó hallar esa ruta navegando en dirección oeste, aunque cuando lo dijo por primera vez, y por ocho años más, siempre que lo decía se le reían en la cara. Pero, era terco.
A los portugueses fue a los que intentó convencer primero, pero, aunque después se daban de cabeza contra la pared, los españoles fueron los que, como todos sabemos, vendiendo o no las joyas de Isabel, apoyaron la empresa. Los españoles, desde hacía rato, estaban celosos de los portugueses y la posibilidad de conseguir una ruta más corta al oeste fue la suerte que el destino le ofreció a Colón para llevar a cabo su empresa…
Noventa hombres en tres pequeños barcos fueron los que queriendo o sin ganas siguieron a Colon desde el Puerto de Palos un tres de agosto de 1492. Por aquello de las moscas traía poderes del Rey de España para descubrir y adueñarse de lo que descubriera, pero además una carta para el Gran Khan, que era el que creía más seguro de encontrar. Lo que el 12 de octubre encontró fue la Isla de San Salvador, la primera tierra trasatlántica que se dejó echar una vista encima.
Colón vio eso y otras cosas y regresó a España con algunos indios, poco oro y mucho prestigio, y eso que no había tele. Viajes hizo tres, pero a cada uno mermaba su prestigio. Afortunados fueron los que vinieron después. Él por pura mala suerte no dio con la tierra comparativamente rica de los aztecas. Era un marino práctico no un administrador, de ahí que la colonización que se esforzó por llevar a cabo fuese desafortunada, con lo cual perdió el favor de la corte. Colón era, más que nada, un hombre que tenía una idea fija y estaba dispuesto a sostenerla a como diera lugar...
Un año después de la muerte de Colón el cosmógrafo alemán Martín Waldsemuller propuso que el nuevo continente llevase el nombre de Américo Vespucci, cosa injusta a más no caber. Pero Colón no se había dado cuenta que había descubierto América; tanto es así que hasta el día de su muerte estuvo convencido que lo que había hallado no era sino la ruta corta occidental de Asia.
En cuanto a lo de la raza, recordemos en estos días que, además de significar clan, tribu, familia, linaje y casta, también significa, grieta, hendidura y raja, lo que puede explicarnos algunas de las muchas cosas que nos pasan sin querer, o que hacemos sin malas intenciones para nadie.