EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Pequeñeces/La importancia de lo que haces

Emilio Herrera

Lo que vienes haciendo se vuelve cada día más y más importante, ya sea que lo hayas inventado o, sencillamente, que lo fabriques. Esto, sencillamente, porque en estos tiempos no existe nada que no utilice alguien en otra parte del mundo.

¿Quién puede imaginar, por ejemplo, que haya algún país que no produzca su propio pan? Pues lo hay, así como hay quien tiene que importar agua potable por millones de dólares.

Hace algunos años, visitando El Cairo, en Egipto, al pedir en el restaurante de mi hotel agua para beber me la trajeron embotellada, a escoger de Grecia o Francia. Con el tiempo me olvidé de aquello, pero hoy he vuelto a recordarlo al leer en una revista de negocios del gran negocio que está haciendo un fabricante de tortilladoras vendiéndolas a países como Rusia, Italia, Japón, Polonia y otros países en Sudamérica.

Los mexicanos tenemos fama de que la mayoría poseemos una gran habilidad manual y es cierto; es sorprendente cómo, cuando algo se descompone en nuestros hogares sobran voluntarios que con su inventiva suplen piezas cuyo repuesto no se consigue o son carísimas, encontrándose en ocasiones con que mejora el trabajo del aparato que se había descompuesto.

La cantidad de cosas que hoy se fabrica para exportación es increíble. Faltan en el mundo las cosas más sorprendentes, pequeñas y grandes, y hasta ridículas. Un pequeño detalle puede ser el principio de una gran fortuna si se tiene se tiene ingenio, empeño, voluntad y se lucha a brazo partido contra ese defecto nuestro del “ai se va” que impide a nuestros artesanos sentir el orgullo de lo que hacen con sus propias manos.

Esta demanda de cosas no va a parar mañana, de manera que aquellos que están en buena edad y tienen las facultades necesarias para perseverar en un esfuerzo que les puede llevar varios años de su vida futura, cuando menos lo esperen, pueden tener entre las palmas de sus manos algo susceptible de exportación en cantidades que nunca imaginara. Y no me refiero a algo extraordinario sino a cosas sencillas, acaso de uso diario que pueda modificarse, mejorarse, abaratarse, inclusive, y cosas por el estilo.

Nunca ha habido tantas oportunidades para cosas así, acaso porque siempre que se piensa en ello se piensa en Norteamérica, pero hay muchos otros países que siguen teniendo necesidades elementales mayores a las nuestras. En ellos está el negocio. Recuerdo que en una ocasión viajando rumbo a Francia, mi compañero de asiento era un joven que trabajaba para un negocio de Jalisco que fabricaba globos para niños que me contó con orgullo, que en ese entonces todo globo que inflaban los niños en África eran de los que él vendía.

Y así por el estilo. Este es, pues, el momento de que quienes están buscando algo qué hacer para hacer dinero busquen, no una cosa importante sino alguna “tontería” susceptible de exportación.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 162256

elsiglo.mx