Allá por los cuarenta y tantos, nos fuimos conociendo. Porque no fuimos ni del mismo barrio, ni de la misma escuela y los más ni siquiera de aquí, pero sí que unos por ser de aquí y otros por haberse enamorado a primera vista de Torreón nomás al llegar, ese mutuo amor a esta ciudad nos unió a todos por algo más de treinta años de manera fructífera.
Pablo C. Moreno, por su movilidad constante que le llevaba diariamente a nuestras librerías fue el primero en relacionarse con los fuereños que, faltos de amigos locales, iban a ellas en busca de los de siempre: las novedades literarias; Enrique Mesta, que en aquellos tiempos era jefe de redacción de ?El Siglo de Torreón?, fue el segundo, pues varios de los que llegaban iban a buscarlo para presentarse como escritores que eran llevándole originales para su publicación.
Uno de los primeros que lo hicieron fue el licenciado Antonio Flores Ramírez cuya columna de noticias sociales ?Por ahí dicen . .? se publicó por años hasta que tuvo que volver a la Ciudad de México, de donde había venido. Pero antes, con Rafael del Río, Salvador Vizcaíno, Federico Elizondo, Juan Antonio Díaz Durán y otros fundaron el Ateneo Lagunero y luego la revista ?Cauce?.
Para entonces ya había pasado por aquí el Uruguayo Peyrallo Carbajal y un poco después, Pedro Garfias y León Felipe, cuyas visitas tanto sirvieron para impulsar el movimiento cultural que, desde entonces no ha parado en nuestra ciudad, como lo prueba, por ejemplo, la presentación del nuevo libro de Fernando Martínez Sánchez que, a principios de febrero próximo hará el licenciado Homero del Bosque Villarreal en fecha y sitio que pronto sabremos. Es decir, que los años que se fueron no se han ido del todo.
