Recibí una llamada del cronista de Tepetongo, Zacs., mi amigo don José Cupertino González Muro, informándome del fallecimiento del escritor Severino Salazar Muro, el día seis del presente agosto de 2005, acaecido en la Ciudad de México, donde radicaba dedicado a Catedrático de Universidad y escritor de novelas y cuentos. Alguna de sus obras fue traducida a cuatro idiomas, francés, inglés, italiano y creo que alemán. Veamos quién fue Severino.
Nació en Tepetongo, Zacs., cabecera municipal, el día 12 de junio de 1947, siendo hijo de don José Salazar Silva y su esposa doña Sanjuanita Muro de Salazar, originarios del mismo lugar, al igual que sus abuelos paternos don Severino Salazar y doña Emilia Silva.
SUS ESTUDIOS
Siguiendo los datos de su Currículum Vitae, que obra en mi poder, realizó sus estudios primarios y secundarios, en Zacatecas; los preparatorios, en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM No. 7, en México, D.F., durante el periodo de 1965-1967. Los profesionales en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, licenciatura en Lengua y Literatura Inglesa, durante los años de 1969-1974.
Obtuvo diploma de profesor de inglés: Teacher?s Course, Instituto Anglo Mexicano de Cultura, A.C. durante 1973-1974. Diploma en Literatura Inglesa Contemporánea, Swansea College, país de Gales, 1975-1976, y otros estudios más. Toda su vida la dedicó al magisterio en universidades.
Sus libros: 1984, su primera novela: Donde Deben Estar las Catedrales, que obtuvo el premio Juan Rulfo, reeditada en tres ocasiones. En el periódico Excélsior de México, D.F. apareció: ?México, D.F. octubre 17 (1984) Notimex. El escritor zacatecano Severino Salazar Muro, ha sido acreedor al premio Juan Rulfo por su novela Donde Deben Estar las Catedrales, por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el gobierno de Sonora?.
En las páginas 12 y 13 del libro citado, aparece lo siguiente: ?...Soy un arquitecto y nací en Tepetongo, un pueblo a 70 kilómetros al sur de esta ciudad (Zacatecas). Estudié en México y en una universidad de las costas del país de Gales. Se podría decir que soy un hombre que está de regreso del mundo, muy vivido y con experiencia, pero hay dos o tres embrollos en los que el ser humano se mete y me interesa entender bien por qué lo hace. Presidente que estoy a punto de llegar a una revelación. O tal vez aún tenga que buscar un poco. Aunque sospecho que el descubrimiento se acerca sigilosamente, por tal razón me encuentro aquí y anoche terminé de reproducir mi pueblo a escala, en una maqueta que tengo en mi restirador porque estoy dispuesto a emprender un viaje a través de las callejuelas y valles que rodean ese pueblo para rescatar toda una historia que aconteció hace como veinticinco años...?.
?Bajé del camión que me trajo desde la ciudad. Estoy parado a media plaza. Vine a reconstruir ese suceso que tuvo lugar cuando yo era un chiquillo. De pronto sentí la necesidad de contármelo todo de nuevo, de escuchar en los hechos de aquel tiempo algo que mis ojos de diez o doce años no alcanzaron a ver bien, a lo que mis ojos de entonces vieron mejor que los de ahora. No sé. Vine a buscar de nuevo una enseñanza que el tiempo y el olvido me arrancaron de las manos. Todo lo medular aconteció en el verano y en el otoño de 1957...?.
Ese libro resultó polémico porque algunos personajes de Tepetongo se sintieron lastimados con el contenido de su texto, por lo que se colocó en un plano polémico y controversial.
El escritor Severino figura en y antologías hasta 1996. Hasta esa fecha, había publicado, además del citado, Las Aguas Derramadas, 1986; El Mundo es un Lugar Extraño, 1989; Llorar Frente al Espejo, 1989; Desiertos Intactos, 1990; La Arquera Loca, 1992; Material de Lectura, 1995; Cuentos de Navidad, 1997; Tres Novelas de Amor Imposible, 1998.
Sus libros posteriores no los conozco.
Tepetongo perdió a uno de sus valores culturales en plena madurez con 58 años de edad. Más de su biografía en mi libro Filigranas, Fundaciones y Genealogías de Tepetongo, 1596-1998. Editado en 1999.
