La OEA analiza la difícil situación boliviana en una sesión privada en la que se preparan los términos de un proyecto de resolución que será sometido a votación.
Fort Lauderdale (EU), (EFE).- El canciller de Bolivia, Juan Ignacio Siles, pidió hoy a los países de América "que apoyen a quien, por sucesión constitucional, asuma la Presidencia" del país, pero les solicitó también que vigilen el "estricto cumplimiento" del orden democrático.
En una intervención de urgencia ante la Asamblea de la OEA que se reúne en Florida, Siles pidió a sus colegas de América que "sigan con atención el estricto cumplimiento del orden democrático por parte de todos los actores políticos y sociales" para que las decisiones se enmarquen en el entendimiento democrático.
Siles informó de que el actual Gobierno "garantizará" que el acto del Congreso se realizará "en absoluta normalidad en lugar y fecha que determine el propio Congreso Nacional".
En tanto, dijo, Carlos Mesa "seguirá ejerciendo sus funciones con la responsabilidad con la que ha asumido siempre sus tareas".
El canciller elogió ante le pleno de la Asamblea la figura de Mesa, que "ha desarrollado sus mayores esfuerzos por preservar la paz social, mantener el orden constitucional y respetar estrictamente en todo momento y promover los derechos de todos los bolivianos".
La decisión de dimitir ha sido, según Siles, un "acto de desprendimiento" para que Bolivia pueda encontrar "una solución a los gravísimos momentos por los que atraviesa".
Siles afirmó: "será la historia la que nos juzgue".
La OEA analiza en estos momentos la difícil situación boliviana en una sesión privada en la que se preparan los términos de un proyecto de resolución que será sometido hoy mismo a votación.
El canciller de Panamá Samuel Lewis dijo a EFE que la resolución da apoyo a "la institucionalidad democrática, poniendo siempre a disposición (de Bolivia) los mecanismo de la OEA que consideren necesario".
En el mismo sentido se manifestó el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien expresó hoy su preocupación por la situación boliviana, un país en el que, dijo "es evidente que hay una crisis desde hace unos meses".
Insulza agregó que no cree "que nadie desde afuera deba intervenir" y subrayó que él no respalda una "intervención", pero agregó que "una misión de la OEA nunca tiene por objeto intervenir, sino mediar, a ver cómo podemos ayudar".
En La Paz, el presidente Mesa justificó su salida al señalar que "Bolivia está acercándose a un punto en el que nadie está dispuesto a escuchar al otro y en el que unos pocos están imponiendo sus criterios sobre una gran mayoría".
La nación andina está convulsionada por protestas sociales y presiones que propiciaron la renuncia de Mesa.