Considera el presidente de EU que el acuerdo contribuirá a regular la oleada de migrantes hacia su país, a la vez que servirá de impulso económico.
WASHINGTON (AP).-La dirigencia demócrata en la Cámara de Representantes anunció el miércoles la oposición partidista al tratado centroamericano de libre comercio (CAFTA-RD) dejando virtualmente su aprobación en manos de la mayoría del Partido Republicano.
El presidente George W. Bush pronunció a su vez una arenga final en el Capitolio para pedir a sus correligionarios cerrar filas en favor de lo que dijo tenía para Estados Unidos "una importancia geopolítica e interés nacional".
"Será una victoria pírrica", pronosticó Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la cámara baja al concluir una reunión de coordinación entre legisladores del partido.
El comentario tuvo el tono de una concesión demócrata a la inminente aprobación del tratado y se produjo casi coincidentemente con las gestiones personales de Bush y el vicepresidente Dick Cheney en el Capitolio.
Si bien el Partido Republicano tiene 231 legisladores y el Demócrata 202 (también hay un independiente) en la Cámara de Representantes, no siempre una decisión del partido se convierte en obligación para todos sus miembros.
Por ello, Pelossi no pudo garantizar que todos los demócratas votarían contra el CAFTA-RD indicando solamente que por ahora eran "más del 90 por ciento".
Una situación similar ocurre en el Partido Republicano, por lo que Bush pidió convertir a Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y República Dominicana en socios de Estados Unidos.
El resultado de la votación que aprobó la ley de promoción comercial o "fast track", que sirvió de base para negociar el CAFTA-RD, es una muestra de esa independencia: El fast track fue aprobado en 2002 por un voto de diferencia, 215-214.
Las acciones de Bush y Pelosi el miércoles ocurrieron en el inicio del debate del tratado en la Cámara de Representantes. El Senado ya lo aprobó a comienzos del mes y la Cámara de Representantes votará en cualquier momento.
Bob Menéndez, demócrata que había mantenido en duda su apoyo al tratado durante semanas, dijo junto a Pelosi que votará alineado con la decisión del partido porque el tratado "es un retroceso" para Centroamérica.
"Es un paso atrás en cuanto a la protección de los derechos de los trabajadores", sostuvo Menéndez, presidente del Grupo Demócrata que fija la agenda partidista en la cámara baja. "Este es un mal tratado para los Estados Unidos y para los pueblos centroamericanos".
Según legisladores que salían de la reunión con Bush, el presidente dedicó casi media hora a hablar de los méritos del CAFTA-RD, que ya fueron expuestos la semana pasada en el seno de la OEA, el más reciente lugar visitado por Bush en su campaña en favor del tratado.
"Ha dedicado bastante tiempo a responder preguntas de los congresistas que tienen preocupaciones", declaró la presidenta de la Conferencia Republicana de la cámara baja, Deborah Pryce.
El líder de la mayoría de esa cámara, Tom DeLay, uno de los fervientes partidarios de Bush en la legislatura, dijo que "el presidente nos recordó que aún cuando alguno de nosotros pudiera tener electores preocupados de sus propios intereses locales, el presidente está siempre mirando el interés nacional".
DeLay indicó que Bush ha dicho, otra vez, que el CAFTA-RD "será bueno para nuestra seguridad nacional y para el fortalecimiento de las democracias en formación en Centroamérica".
Bush enfatizó igualmente que el acuerdo contribuirá a regular la oleada de migrantes de esa región hacia Estados Unidos a la vez que servirá de impulso económico para todas las partes.
DeLay dijo que la votación en la Cámara de Representantes ocurrirá "en cualquier momento" y pronosticó que el tratado, negociado hace un año, será aprobado.