EFE
Londres, INGLATERRA.- Varias familias británicas que perdieron a sus hijos en la guerra de Irak y quieren hacerle pagar la factura al primer ministro laborista, Tony Blair, confían en obtener el apoyo del cineasta estadounidense Michael Moore.
Rose Gentle, una madre escocesa que perdió a su hijo, Gordon, de 19 años, cuando servía en el regimiento de ?Royal Highland Fusiliers?, se enfrenta en las elecciones del cinco de mayo al candidato laborista y ministro de las Fuerzas Armadas, Adam Ingram.
La familia Gentle, que vive en East Kilbride, cerca de Glasgow, está en contacto por correo electrónico con Michael Moore, autor del galardonado documental Fahrenheit 9/11, contra el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
Moore ?ha dicho que quiere venir a ayudar a todas las familias que han perdido a sus hijos e hijas en Irak?, afirma Gentle en declaraciones que publica el diario The Times.
?No estaríamos aquí, si Gordon no hubiese muerto en Irak. Pero ¿qué remedio nos queda? ¿Resignarnos a lo que pasó??, se pregunta esa madre escocesa de 40 años, que no oculta su odio por Tony Blair, al que considera directamente responsable de la pérdida de su hijo.
En otra ciudad del Reino Unido, Sedgefield, al norte de Inglaterra, Reg Keys, de 52 años, opone su candidatura nada menos que a la del Primer Ministro, tarea auténticamente quijotesca pues Blair tiene una mayoría de más de 17 mil votos en esa circunscripción.
Pero Keys tiene una razón de peso para lanzar ese desafío: su hijo, el cabo Tom Keys, de 20 años, murió en una comisaría iraquí en la localidad de Al Majar al Kabir en junio de 2003, y también está dispuesto a vengarle políticamente.
En el pub Dun Cow Inn, donde Blair invitó a una cerveza a su amigo Bush en noviembre de 2003, Keys dice a quien quiere oirle que el Primer Ministro ?mintió al pueblo de Sedgefield, mintió sobre las armas de destrucción masiva?.
El ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, decidido partidario de la guerra de Irak, que defiende su escaño en Blackburn, una de las ciudades del Reino Unido con mayor número de musulmanes, se enfrenta a un ex embajador en Uzbekistán que denunció abusos de los derechos humanos en la lucha antiterrorista.
El diplomático Craig Murray fue destituido después de que criticara en público la utilización por las autoridades británicas de confesiones de supuestos terroristas obtenidas bajo tortura en ese país asiático de la antigua Unión Soviética.
En Mosley, cerca de Birmingham, centro del país, Azmat Begg, un banquero jubilado cuyo hijo, Moazzam, de 37 años, pasó tres años de su vida detenido primero en la base estadounidense de Baghram, en Afganistán, y luego en la de Guantánamo (Cuba), ha decidido también presentarse como candidato de un partido pacifista.
Begg, de 50 años, que llevó a cabo una eficaz campaña para la liberación de su hijo, afirma que le ha movido a presentarse su deseo de dar una voz a quienes no la tienen: ?muchas personas que viven con miedo en este país?.
?Toda mi vida he votado a los laboristas, pero no me reconozco en este gobierno. Blair parece haber abandonado todos los principios en los que descansaba el partido?, declara Begg a la prensa.
Su hijo está escribiendo un libro en el que relata sus experiencias en esas prisiones estadounidenses, y Begg lo explica diciendo que ?hay que ayudar a que la gente comprenda adónde nos ha conducido la guerra antiterrorista?.