EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Ante la falta de regulación de parte de las autoridades competentes, se observa un marcado aumento en el número de vendedores de barbacoa en el centro de la ciudad, lo que conlleva un riesgo implícito para la población que consuma el alimento, sobre todo si no se tiene la certeza de la procedencia del producto.
En un recorrido realizado por El Siglo de Torreón, se pudo constatar lo anterior, apreciando que en algunos puestos no se cumple con las medidas y normas de higiene que exige la Secretaría de Salud (SS).
Gerardo Macías Rosales, propietario de un céntrico local donde se expenden alimentos, comentó sobre la urgente necesidad de que intervengan las autoridades municipales a través de la Dirección de Salud así como la dependencia estatal respectiva.
Lo anterior, con el fin de verificar si del producto que se expende en esos puestos, muchos de los cuales han aparecido de la noche a la mañana, pueden demostrar su procedencia lícita y sobre todo si cuentan con la verificación de la Secretaría de Salud.
“No me opongo a que hagan su lucha, en estos difíciles tiempos en los que faltan muchas fuentes de trabajo. Lo único que pido es que se revisen a ver si de veras el producto que veden es de buena calidad y procede de un animal que en su momento fue verificado por los inspectores sanitarios”, argumenta Gerardo.
Su inconformidad obedece además, debido a que como comerciante, tiene que cumplir con una serie de requisitos que van desde contar con instalaciones adecuadas, así como comprobar en dónde adquiere los productos con los que elabora la mercancía que expende, sin dejar de pasar por alto las respectivas tarjetas de salud con las que deben contar los empleados que preparan los alimentos.
Todo esto genera una serie de gastos que aunado a los salarios de los trabajadores, el pago de impuestos, servicios públicos y renta, resulta muchas de las veces incosteable para unos, quienes han tenido que cerrar sus negocios, señaló.
Consideró justo que personas que carecen de trabajo, inicien su propio negocio, pues él así lo hizo, pero que no por economizar pongan en riesgo la salud de la población, comprando mercancía de dudosa procedencia. “No se vale”, dijo.
“Si se va por toda la Hidalgo y luego le da una vuelta al mercado podrá observar la cantidad de vendedores de barbacoa que están instalados y muchos de ellos no cumplen con las disposiciones sanitarias”, puntualizó Gerardo Macías Rosales.
“Me la vende un compadre”
Ignacio “N”, vende barbacoa en la zona Centro de San Pedro. Lleva apenas un año. Un compadre se la vende, pues a él se la dan más barata. Asegura que es de buena calidad, aunque algunos conocidos bromean diciendo que es carne de perro.
“No es cierto, lo que pasa es que así es la raza. Cuando lo ven a uno haciendo algo, luego luego comienzan con sus bromas”, asegura Ignacio.
El improvisado vendedor de barbacoa, accede hablar con El Siglo de Torreón, incluso acepta que se tomen algunas fotos cuando está trabajando, pero no de su rostro.
“Es que luego me van a andar choteando en la colonia donde vivo. Mejor nada más tome cuando estoy preparando los tacos”, señala.
Dice que tiene su tarjeta de salud en regla, además que trata de no incurrir en ninguna anomalía que pueda ser mal vista por la gente “mucho menos por los inspectores”.
Asegura estar consciente de que es mejor cumplir que andar “chueco”. “Si vendo producto malo me voy a perjudicar y luego ¿de dónde voy a sacar para vivir?”, terminando así la plática.