Buenos Aires, (EFE).- Un joven de entre 22 y 25 años, que viste chaqueta blanca y monta en bicicleta, ha puesto en jaque a las tiendas de muebles de Buenos Aires con una sucesión de incendios que en los últimos días dejó al menos doce locales en ruinas.
No hay mucha información sobre la identidad del joven, sólo que es alto, de cabello oscuro y que, según una mujer que aseguró que lo había visto, "no tiene aspecto de nada raro".
La policía trabaja intensamente en la identificación del joven después de que dos locales de venta de mobiliario y uno de colchones quedasen reducidos a cenizas.
La violencia de uno de los incendios, en la avenida Corrientes -una de las más importantes y representativas de la ciudad-, fue tal que dañó la estructura del edificio y obligó a los equipos de emergencias del Gobierno de la capital argentina a apuntalar el inmueble para evitar un derrumbamiento.
Al menos otros cinco incendios, todos ellos intencionados según las primeras pesquisas, acabaron el pasado fin de semana con otros tantos negocios de venta de muebles.
En total el número de comercios de este tipo quemados en las últimas tres semanas son doce, pero se han ido produciendo nuevas denuncias de propietarios de locales que vivieron situaciones similares.
Mientras la Policía Federal trabaja en la búsqueda de un perfil del pirómano y en el supuesto móvil de su actuación, los dueños de las mueblerías no esconden su "angustia" y han pedido que las autoridades redoblen la vigilancia a sus locales.
El presidente de la Cámara de Fabricantes de Muebles, Tapicerías y Afines de Argentina, Ricardo Sorrentino, calificó la situación de "angustiosa y preocupante".
"Estamos todos con el miedo latente", aseguró en declaraciones a EFE.
La entidad reconoce su desconcierto porque el causante de los fuegos no se dirigió contra un tipo de negocios en particular. Ataca indiscriminadamente tiendas de colchones, de muebles de oficina, de hogar, tapicerías y lo hace en zonas diferentes de la ciudad.
Incluso, en la Cámara de Fabricantes sopesaron la posibilidad de que se trate de ataques de tinte racista por la presencia importante de la colectividad judía en este tipo de negocios y locales comerciales.
"Miramos a ver si se trataba de un ataque a la colectividad, pero no hemos encontrado nada y preocupa no tener un referente para poder avisar a nuestros socios", dijo Sorrentino.
La importancia del daño alcanza mayor dimensión si se tiene en cuenta que, en muchos casos, los negocios incendiados pertenecían a empresas familiares que estaban empezando a superar las secuelas de la aguda crisis que sacudió a Argentina desde finales de 2001.
Sorrentino dijo que en "por lo menos cinco" casos, los locales incendiados no estaban asegurados o lo estaban parcialmente.
La Cámara del sector ha recomendado a sus socios mayores medidas de control y ha solicitado a las autoridades que agudicen la vigilancia nocturna en las zonas de Buenos Aires en las que existan comercios de este tipo.
"Esperamos que esto termine pronto, primero para poder seguir trabajando y segundo para evitar que como consecuencia de todo esto tal o cual propietario pueda temer alquilar un local como tienda de muebles o estar al lado de una mueblería", remarcó.