No obstante el volumen de recursos públicos asignados, la importancia estratégica del proyecto y su propio carácter polémico, pasó casi inadvertido el fallo de la licitación que permitirá la instalación de esa plataforma de equipamiento en más de 125 mil aulas de quinto y sexto año de primaria.
No me referiré ahora a los temas de pedagogía y pertinencia del gasto que implica el diseño de Enciclomedia, sino a algunos de sus aspectos técnicos y financieros, así como a una peculiaridad que se evidenció una vez decidido el proceso de licitación, iniciado el cinco de julio pasado y que debiendo concluir a finales de agosto, se demoró un mes y llegó a su término el 30 de septiembre pasado. De no ser por una nota de Sonia del Valle, en Reforma el martes siguiente el acontecimiento hubiera sido ignorado por la sociedad.
Enciclomedia es definida como “una plataforma que busca enriquecer la experiencia en el aula poniendo a la mano del maestro y el alumno los recursos educativos disponibles para hacerla más significativa, amena, participativa e integral”.
En su primera etapa, desarrollada el año pasado, el proyecto se instaló en veintidós mil aulas. En cada una de ellas se colocó una computadora (con el software Enciclomedia), un proyector, un pizarrón digital interactivo y antirreflejante, una impresora, una fuente de poder, así como un dispositivo para la conectividad y el monitoreo remoto. Este último permite reportar la fecha y hora de encendido y apagado de la computadora, el proyector y el software y también hace posible la comunicación bidireccional, para enviar y recibir mensajes hacia y desde el aula.
La licitación correspondiente, cuyo monto es de casi 18 mil millones de pesos, se dividió en 14 partidas aplicables a grupos de entidades. En dos de ellas el concurso se declaró desierto, por lo que deberá licitarse de nuevo el contrato aplicable a Chiapas (partida 11) y a Quintana Roo, Yucatán, Oaxaca y Campeche (partida 12). La Secretaría de Educación Pública atribuyó a errores de presentación de las propuestas esa decisión, pero entre los licitantes se creó la certidumbre de que se calculó mal la erogación total posible, por lo que había que disminuir su monto y se eligió postergar a esos estados.
Los contratos se repartieron del siguiente modo a las firmas que concursaron para la dotación de equipos: A Tecnoprogramación humana especializada en sistemas operativos, SA de CV, se le adjudicaron las partidas uno y tres, que comprenden, respectivamente a Colima y Jalisco y Guanajuato y Querétaro, por un total de dos mil 517 millones de pesos. A Interconecta se adjudicaron tres partidas regionales, la dos (Distrito Federal, Morelos y Tlaxcala), la ocho (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) y diez (Puebla y Tabasco), por un total de cuatro mil 518 millones de pesos. A Manbit, SA de CV, en consorcio con Dell de México, SA de CV se le adjudicó sólo una partida, la cuatro, correspondiente a Aguascalientes, Guerrero y Zacatecas, con un monto de un mil 463 millones de pesos. También a la empresa llamada Sistemas aplicados de la conurbación de Pánuco, SA de CV y al Centro de productividad avanzada, SA de CV, se les adjudicó una partida a cada una: a aquélla la cinco (Hidalgo y San Luis Potosí) por la suma de un mil 309 millones de pesos; y a ésta la partida seis (Michoacán) que asciende a un mil 518 millones de pesos.
El consorcio formado por Accesorios y suministros informáticos, SA de CV, Corporativo Lánix SA de CV, y Alef soluciones integrales, SA de CV equipará las aulas de Chihuahua, Durango y Nayarit (partida siete) y de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa (partida 14) por la suma de dos mil 757 millones de pesos. Y a la firma Ted tecnología editorial, SA de CV, en consorcio con Dell de México, SA de CV le fueron adjudicadas las partidas nueve y 13, correspondientes a Veracruz, y al Estado de México, respectivamente, por un monto total de tres mil 682 millones de pesos.
En la junta de aclaraciones que se estila en las licitaciones, celebrada en esta ocasión el primero de agosto, estuvo presente un representante de la firma Libros foráneos, SA de CV, denominación que no extrañaría en un concurso para la autoridad educativa.
Mas ocurre que tras esa inocente fachada se oculta una empresa dedicada a los juegos de azar, propiedad nada menos que del poderoso alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rohn. La presencia de su representante se explica si se sabe que la abundante transmisión de datos que requiere el negocio internacional de las apuestas, de ida y vuelta entre los lugares donde ocurren los espectáculos que propician las apuestas y los miles de books (por eso la denominación libresca) donde se esquilma a los ingenuos, hizo preferible a la empresa de Hank contar con su propio sistema de enlace satelital, Globsat, que buscó participar en la consecuencia técnica de la licitación, que le concierne.
Cada una de las siete proveedoras de equipo que ganaron el concurso serán a su vez provistas del sistema de conectividad y monitoreo remoto por empresas especializadas. Seis de aquéllas optó por el consorcio formado por las empresas Enlaces Integra y Globalstar (constituida y operante en el mercado general antes que Globalsat, por lo que no es descartable un intento de generar provechosas confusiones). La empresa de Hank disputó al consorcio las operaciones de conectividad y monitoreo ofreciendo un servicio adicional de Internet no previsto en la convocatoria pero que ahora busca considerar apetecible. Veremos qué pasa.