En sus 26 años como trotamundos, el Papa Juan Pablo II ha cubierto una distancia equivalente a tres viajes a la Luna. Sin embargo, su anhelada visita a Rusia nunca se concretó, y existen dudas en la actualidad de que ocurrirá algún día.
En el crepúsculo de su pontificado, un viaje para atenuar una disputa de siglos entre católicos romanos y cristianos ortodoxos parece bastante improbable, inclusive si Juan Pablo II se recupera totalmente de sus problemas respiratorios, que obligaron a internarlo dos veces en un hospital en menos de un mes.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, envió durante el fin de semana una carta al Papa “deseándole una rápida recuperación”, informó el Kremlin. Cuando el Papa, de 84 años, sufrió su primer problema respiratorio agudo en febrero, el patriarca Alexy II, líder de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, le envió un cálido mensaje.
Alexy dijo que había pedido a Dios que brindara al Papa fortaleza para continuar “su ministerio cristiano de paz y de justicia”.
Sin embargo, el influyente príncipe de la Iglesia Ortodoxa rusa se sigue oponiendo a una visita del Papa.
Sectores religiosos rusos acusan al Vaticano de intentar convertir al catolicismo a feligreses en tierras tradicionalmente ortodoxas.
En enero, Alexy dijo que un viaje papal sólo será posible si el Vaticano renuncia a sus intentos de expandirse en zonas de Rusia y en ex repúblicas soviéticas donde los ortodoxos cristianos son mayoría.
