Jacksonville, Florida.- Donovan McNabb habló más de la cuenta y la Super Tazón le quedó grande.
McNabb estuvo toda la semana bromeando, diciendo que no sentía presión alguna para llevar a las Águilas de Filadelfia a una victoria sobre los Patriotas Nueva Inglaterra.
En su partido más importante de su carrera, el quarterback tuvo un desempeño muy flojo y vio como los Patriotas vencieron 24-21. McNabb perdió la pelota en tres ocasiones, incluyendo dos pelotas cruciales en el primero y cuarto períodos.
Sus decisiones no fueron las más acertadas y no supo conectar con sus corredores. El mariscal de campo se fue de 30 de 51 para 357 yardas y tres touchdowns. Definitivamente, a McNabb le quedó grande el partido y no pudo darle a las Aguilas su primera corona en la NFL desde 1960.
McNabb consiguió el touchdown que adelantó a las Aguilas, pero luego cometió una serie de errores en jugadas consecutivas que los Patriotas aprovecharon sin chistar.
A pesar del revés, McNabb salió decidido en el segundo cuarto y fue fundamental para que las Aguilas no tiraran la toalla frente a los Patriotas, generando varias jugadas de peligro. En el tercero dio el pase de touchdown que empató el partido 14-14.
Sin embargo, en el cuarto volvió a perder los estribos y cometió un error que permitió a los Patriotas colocarse 24-14. Ya no había nada que hacer. A McNabb le falló su brazo en el partido más importante de su vida, en una temporada que ha sido la mejor de sus seis años de carrera en la NFL.
McNabb llevó a las Aguilas a la Super Tazón por primera vez en 24 años. Durante la temporada lanzó para 3,875 yardas y obtuvo 31 touchdowns y sólo concedió ocho intercepciones.
