Ankara, (EFE).- El sonido de los disparos al aire como muestra de alegría en las bodas turcas puede llegar a su fin si prospera la campaña lanzada por el gobierno y algunas parejas, decididos a acabar con las muertes accidentales en las fiestas.
La reciente muerte de una joven durante una boda reavivó la polémica por el uso de armas de fuego como señal de celebración.
Los problemas por el uso de pistolas pueden afectar incluso al novio, como le sucedió a Gokhan Dalkilic, de 23 años, que terminó detenido el día de su boda, junto a dos de sus invitados, acusados de asesinar, accidentalmente, a un niño de ocho años mientras que disparaban al aire durante el enlace.
"En el día mas alegre de mi vida maté a mi primo", confesó Dalkilic, que dijo que las otras dos personas detenidas eran inocentes.
Para Dalkilic, asesinar a su primo fue el "mayor castigo" y aseguró que no le importaba cuánto tiempo permanecerá en la prisión.
El aumento de víctimas en las fiestas llevó a que la Policía tuviese que tomar la medida de enviar a agentes secretos a las bodas para tratar de evitarlo.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, por su parte, ordenó a sus colaboradores que adopten las medidas necesarias para poner fin a las muertes por disparos al aire durante las bodas, los partidos de futbol o en cualquier otra celebración.
En esta línea, una pareja joven que se casó en la capital turística turca de Antalya, en el sur, incluyó la frase "no a las armas" en las invitaciones para la boda, lo que les catapultó a las primeras páginas de los periódicos del país.
El novio, Yunus Emre Ince, de una familia aficionada a las armas, reconoció que él y su novia, Burcin Temel, querían divulgar un mensaje en sus invitaciones en contra de los asesinatos accidentales en las bodas.
La campaña, lanzada tanto por las autoridades como por las parejas, responde al habitual uso de pistolas como regalos, costumbre compartida incluso por los miembros del Gobierno.
Según el periódico Birgun, cerca de 700 ciudadanos son asesinados cada año como consecuencia de los disparos en las bodas.
Además, el rotativo aseguró que en Turquía hay 7 millones de pistolas, 5 millones sin registrar.
Como ejemplo, una redada de un día en Diyarbakir, en el oeste del país, concluyó con la confiscación de 37 pistolas, menos de las que se requisan cada día en Estambul.
Pero la afición a las armas en Turquía no se limita a los hombres, ya que hay muchas mujeres que también disponen de pistolas y algunas defienden su derecho a utilizarlas.
Entre ellas figura la diputada por Izmir de la principal formación opositora, el Partido Republicano del Pueblo (PRP), Canan Arytman.
"He sido entrenada durante años para usar pistolas y una persona entrenada nunca las dirige a una persona inocente" se justificó Arytman.
La diputada calificó la campaña anti-armas lanzada por Turan Tuysuz, del Partido de la Madre Patria, como "un espectáculo que no tendrá ningún resultado".
Tuysuz entregó, el pasado miércoles, su arma a la Policía y se comprometió a dejar de usarla para siempre.
El uso de armas por parte de los diputados es habitual ya que los 550 parlamentarios turcos disponen de tres mil pistolas registradas, lo que implica una media de seis armas por cabeza.
"Hemos empezado una dura lucha contra el uso de pistolas. Es un problema social, ya que Turquía dispone de algunas tradiciones, buenas y malas. Con el apoyo de los medios de información deberíamos realizar una campaña masiva y enseñar a nuestro pueblo", anunció ayer el Primer Ministro.
