HIJO
Te quedas solo,
pero bien parado.
Que no te tumbe el aire
ni el olvido
que seas siempre como
has crecido.
Que no defraudes el esfuerzo dado.
Que no hice nada más
que amar tu crianza.
Vivir para mis hijos
fue el delirio.
Tengo fe y tengo esperanza,
que aún muerta...
no pierda la satisfacción
de haber querido.
Del libro:
En el Alarido de lo Inmarcesible.