Reuters
LONDRES, INGLATERRA.- El director de cine Roman Polanski sentará un precedente la próxima semana cuando comparezca ante un tribunal inglés mediante una videoconferencia desde París para evitar el riesgo de ser extraditado a Estados Unidos, donde se le acusa de abuso de menores.
El máximo tribunal inglés le permitió a Polanski, director El Pianista (2002), La Muerte y la Doncella (1994) y Barrio Chino (1974), demandar por calumnias a los editores británicos de la revista Vanity Fair desde la seguridad de una habitación de un hotel en Francia. El cineasta, de 71 años, fue demandado en Estados Unidos tras haberse declarado culpable en 1977 de haber tenido relaciones sexuales con una menor de 13 años. Polanski huyó a Francia antes de que se dictara la sentencia.
El director, ganador de un Oscar a Mejor Director por la película El Pianista en 2003, nunca volvió a Estados Unidos o Gran Bretaña.
Si viaja a Londres podría enfrentar una posible extradición a Estados Unidos. Sin embargo, no puede ser extraditado por ese delito desde su Francia natal.
Los abogados de Polanski dicen que será la primera vez que un demandante por calumnias brinde evidencias en un juicio por videoconferencia. ?La idea, más de 25 años después de que Polanski abandonara Estados Unidos, de que él aún no pueda volver o ni siquiera entrar a este país es extraordinaria?, dijo Joshua Rozenberg, editor del diario Daily Telegraph.
A menos que surjan cambios de agenda de último momento, el caso comenzará el lunes y durará cerca de una semana..
Mía Farrow será testigo
La actriz Mia Farrow será citada como testigo, al igual que Debra Tate, hermana de Sharon, ex esposa de Polanski, quien fue asesinada en 1969.
Polanski demanda a los editores de Vanity Fair por una nota de julio de 2002, en la que describió cómo el director coqueteó con una sueca en un restaurante neoyorquino antes de ir al funeral de su mujer asesinada en Los Ángeles.
Una parte del artículo decía que Polanski le prometió a la sueca: ?haré de ti otra Sharon Tate?.
Las dos partes del caso aceptan que Polanski no pasó por el restaurante mientras iba al funeral de Tate, pero estuvo allí a las tres o cuatro semanas del asesinato.
Los abogados de Polanski niegan que se hubiera producido un incidente como el que describió Vanity Fair.
La combinación de un juicio por calumnias de alto perfil, que involucra a nombres como Polanski y Farrow, y la perspectiva de que él realice la demanda a través de una videoconferencia desde otro país, hace suponer que el tribunal estará repleto.
El caso generó polémica en Gran Bretaña, donde se preguntaron si se puede autorizar a Polanski a utilizar el sistema legal del país mientras evita las consecuencias de sus leyes.