Gómez Palacio, Dgo.- Tremenda paliza, acompañada de disparos de arma de fuego, recibieron dos hermanos por parte de agentes de la Dirección de Protección Ciudadana, que abusando de su autoridad, cobraron venganza contra un civil, que acababa de interponer una queja contra un uniformado.
Con vendas en la cabeza que muestran las secuelas de la golpiza y radiografías de las lesiones internas, acudieron al Ministerio Público (MP), Juan Manuel y Heriberto Camargo Elizalde, de 25 y 26 años respectivamente.
Los hermanos, son vecinos de la calle Pedro Lascurain número 128, de la colonia Cinco de Mayo, y presentaron denuncia por lesiones, amenazas, allanamiento, uso excesivo de la fuerza y abuso de autoridad, contra los patrulleros de la unidad F-251 y demás compañeros que acudieron al “refuerzo”.
Juan Manuel declaró ante el MP, que la brutalidad policiaca fue deliberada, ya que al proporcionar su nombre, fue ubicado por uno de los agentes que claramente le dijo: “Tú eres el que le puso ‘dedo’ a Lumbreras”.
El contacto con los policías se derivó de una detención que pretendían los agentes, ya que en la plaza de la colonia, minutos antes lo vieron en compañía de una mujer, -que resultó ser su novia- y lo señalaban por faltas a la moral.
Los patrulleros de la F-251 lo cuestionaron antes de someterlo y al escuchar su nombre decidieron llevarlo a la cárcel sin miramientos. Su familia no estuvo de acuerdo con la forma de proceder y al ver que se juntaba gente a su alrededor, los uniformados pidieron apoyo.
De inmediato llegaron cinco unidades más; familiares y vecinos aseguran que algunos agentes dispararon sus armas, unos al aire y otros contra Heriberto. Dos casquillos calibre nueve milímetros, fueron recogidos del lugar y presentados ante el MP.
Sólo represalias.
Juan Manuel Camargo detalló, que el problema surgió porque el pasado 12 de junio, el agente Jesús Arturo Lumbreras, chocó su patrulla contra el auto del afectado, un Chevrolet Cultas modelo 90. Los daños fueron mínimos, de forma verbal se hizo un acuerdo, pero el policía nunca pagó.
Ante el quebrantamiento de la promesa del policía, dos semanas después, Juan Manuel fue a la oficina de Asuntos Internos y expuso el caso, iniciando una investigación contra el elemento, que no ha concluido.
De la brutalidad policiaca también se dio cuenta Guadalupe Luévanos Argumaniz, responsable de los módulos de detención, quien al conocer las circunstancias en que entraron los detenidos que presentaban marcadas lesiones, optó por dejarlos en libertad, lo más pronto posible.
Traumatismo craneoencefálico, traumatismo toráxico, contusiones en ambos brazos, son las lesiones que presentaron los hermanos, que decidieron actuar penalmente y esperan que los presuntos responsables reciban su castigo.