Colonos son quienes decidieron el nombre de las calles y piden mejor los cambien
Los políticos cuyos nombres han quedado plasmados en las calles de la colonia El Alacrán coincidieron en decir que no son merecedores de este honor. Es más, algunos de ellos dijeron que si les cambian de denominación no habría problema alguno por su parte.
Ricardo López Pescador, presidente de la Gran Comisión del Congreso Local; José Rosas Aispuro Torres, actual director de Pensiones del Gobierno del Estado; Jaime Fernández Saracho, diputado federal, así como el ex aspirante a la alcaldía capitalina, Gustavo Lugo Espinoza, aseguraron que los caminos de terracería llevan sus nombres por iniciativa propia de los habitantes y aseveran que han visitado el asentamiento humano en cuestión.
En lo que respecta a López Pescador dijo que conoce la calle que lleva su nombre y que, incluso, su esposa e hija han ido a impartir clases de catecismo a los niños del lugar.
El legislador comentó que las personas decidieron ponerle los nombres de los funcionarios priistas a sus arterias viales por agradecimiento, ya que los ayudaron a cambiarse de residencia, pues en donde estaban anteriormente no era un terreno apropiado.
El ex presidente municipal de Durango Aispuro Torres comentó que durante su administración fue en varias ocasiones a la colonia El Alacrán; por lo tanto, está consciente del reconocimiento que le rindieron los vecinos al recordarlo en una arteria vial.
Aclaró que en su gestión como alcalde se logró pavimentar sólo la entrada del sitio ubicado al oriente de la mancha urbana, pero la falta de recursos económicos impidió que se continuara con los trabajos encaminados a mejorar el nivel de vida de los residentes.
Ambos señalaron que no son merecedores de tener una calle con sus nombres, pues existen personajes con mayor relevancia para conmemorarlos con esta acción.
Lugo Espinoza coincidió con sus colegas de partido. Manifestó que la calle lleva su nombre aun cuando él se opuso. ?Los políticos no deberíamos aceptar ese tipo de cosas; uno no representa absolutamente nada?, indicó y después subrayó que en efecto conoce a la lideresa de la colonia, María Miranda Bonilla, con quien tiene una estrecha relación de amistad y que fue ella la que resolvió ponerle de esta forma.
?Conozco la calle y sé que está en pésimas condiciones?, glosó para luego hacer referencia a la posibilidad de que acontezca algún suceso negativo en la vida de los políticos que tienen su calle en la colonia y eso ocasione que los habitantes se sientan avergonzados por estar relacionados con ellos. Así que, desde su perspectiva, podrían omitirlo.
Señaló que mientras fue diputado solía visitar el asentamiento humano aunque no fuera su distrito pero a raíz del proceso interno del PRI para designar candidato a la alcaldía se alejó un poco. ?Hay que merecerlo?, insistió tras decir que hay personajes históricos que podrían ser dignos.
Fernández Saracho, desde la Ciudad de México, declaró que los políticos que tienen su calle deben preocuparse por mantenerla en buen estado y que, en su caso, colaboró con la instalación de la cordonería para las banquetas en el tramo dedicado a su persona.
Al igual que sus compañeros militantes del partido tricolor, explicó que fueron los ciudadanos los que decidieron ponerle los nombres pero que si quisieran cambiárselo, por su parte, no habría mayor problema, pero mientras ?son peras o manzanas?, los involucrados deben unir esfuerzos para sacar adelante a El Alacrán?, según señaló el antiguo dirigente de la CNOP.
Postura
Colonias como El Alacrán, que son asentamientos humanos no regularizados, tendrán que esperar a que realicen los trámites o convenios correspondientes con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para que la Dirección Municipal de Servicios Públicos pueda intentar hacer algo con respecto al alumbrado público, según comentó su titular, Guillermo Adame Calderón.
Los trámites que deben realizarse tienen que hacerse ante la CFE, para que otorgue el servicio de alumbrado y de este modo el Ayuntamiento podría buscar la forma de ayudar, pero sería con una aportación en la que también deberán integrarse recursos financieros de los beneficiarios, del orden del 20 ó 30 por ciento, según dijo el funcionario.