Otra vez un video y otra vez el encarcelado empresario de origen argentino, Carlos Ahumada, como primer actor en una escena donde se realizan transacciones millonarias y poco claras, con miembros (ahora ex miembros) del PRD. Otro golpe más a la credibilidad de una clase política nacional que salta de escándalo en escándalo y que mina su propia viabilidad en un país que merece transitar por una vía democrática y transparente con funcionarios públicos y partidos cuya honorabilidad se encuentre a toda prueba.
Como si se pretendiera explorar el límite de la capacidad de asombro de los mexicanos, las “filtraciones” de videos o pruebas documentales del comportamiento inmoral e ilegal de personajes colocados en la primera línea de toma de decisiones, se suceden sin descanso. Por el lado del Sol Azteca, el hecho de que una de sus otroras “piezas fuertes de la izquierda mexicana”, Ramón Sosamontes entregue una maleta con un millón de dólares en efectivo a Carlos Ahumada, sólo alimenta las llamas de la hoguera de las sospechas, de esas que son utilizadas a conveniencia por amigos o enemigos, sin que la población llegue nunca a conocer el fondo.
Pero no sólo existen videos filtrados, sino también cuestionables actos públicos. Por el lado del tricolor, no hay nada rescatable de ese encuentro con los medios de comunicación, que sostuvieron los precandidatos Everardo Moreno y Roberto Madrazo; leves toques y cuidados señalamientos en un formato más parecido a un montaje fársico que a un debate de ideas o confrontación de posiciones. Tal vez el único punto que amerite análisis y más por la respuesta que por la pregunta, se dio cuando Moreno pidió a Madrazo que explicara la reunión que sostuvo con Arturo Montiel. El tabasqueño sostiene que se reunió con el ex gobernador del Estado de México -el que le llamó gandalla- y con el líder nacional, Mariano Palacios Alcocer como testigo, para abordar aspectos de la inclusión del equipo de campaña del ex aspirante a la suya, ya que él busca la inclusión y participación de todas las fuerzas políticas al interior del PRI, ya que su partido es “totalmente democrático”.
Todos caben en el PRI, según la óptica de Madrazo, hasta aquel que “cosechó una fortuna por el desaseo de su Administración” y también los que tienen la cara sucia y que deben explicar el origen del patrimonio propio, el de la esposa y los hijos, según -también- el tabasqueño.
Así están las cosas en el panorama político nacional. Existe la afirmación de que cada pueblo tiene los gobernantes -y por extensión, los políticos- que se merece, pero por injusto, en nuestro caso, se debe aseverar que los mexicanos no podemos, no debemos y sin duda no queremos, tener a este tipo de políticos.