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Polonia promueve turismo médico

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MÉXICO, DF.- Aylin Oflas no podía costearse una operación de liposucción en sus muslos en Alemania. Así que cruzó a la vecina Polonia para visitar al médico que le hizo un implante de senos el año pasado y le preguntó si podía ayudarla.

Esta berlinesa de 18 años no dudó un instante en volverse a someter a una operación quirúrgica en Polonia para resolver su inquietud física.

?Con lo que me cuesta en Alemania deshacerme de la grasa de mis muslos, el médico de aquí también me quitará la de mis rodillas y la de la parte inferior de la espalda?, dijo Oflas luego de un recorrido de más de dos horas desde su hogar hasta el consultorio del doctor en Szczecin. ?De paso podrá incrementarme los labios?. El precio: tres mil 300 dólares. En Alemania cuesta 12 mil 300.

Oflas es una de las muchas alemanas, así como otros ciudadanos del occidente europeo -y de otros países recién ingresados a la Unión Europea (UE) como Hungría y Eslovaquia- que viajan a Polonia para pagar menos por las operaciones, los tratamientos para la infertilidad o las visitas al dentista.

La tendencia se ha incrementado desde que Polonia se incorporó a la UE el uno de mayo junto con otros nueve países, la mayoría provenientes de la antigua Unión Soviética.

El gran atractivo del turismo médico se debe en parte a las regulaciones que obligan a las aseguradoras del occidente europeo a pagar por ciertos tratamientos dentales o médicos efectuados en otros países miembros del bloque.

Una visita al dentista en los países del este de Europa puede costar la mitad que en Alemania, y en ocasiones sólo el 25 por ciento, circunstancia que complace sobremanera a las aseguradoras. Y la cirugía plástica también es más económica en el este.

La implantación de senos en Polonia, por ejemplo, puede costar tres mil 200 dólares, mientras que en Alemania va de los seis mil 150 hasta los nueve mil 800. Una cirugía nasal cuesta de dos mil a dos mil 500 dólares con médicos polacos, y de cuatro mil 900 a siete mil 400 en el país teutón.

Sin embargo, a pesar del costo, la gente se pregunta si la calidad de las operaciones y el tratamiento será la adecuada en una región que sigue siendo más pobre que Occidente.

Maciej Pastucha, el cirujano que le implantó la silicona a Oflas, dijo que en el último año se duplicó el número de sus pacientes alemanes, aunque aún se muestran precavidos.

?La mitad de ellos no confía en mí durante nuestras primeras conversaciones por teléfono o consultas?, dijo Pastucha, de 43 años, durante una entrevista en su clínica.

?Me hacen muchas preguntas sobre mis diplomas, mi experiencia y sobre las técnicas que utilizo?.

?Y quieren ver fotos de mis resultados?, agregó. ?Cuando las ven, entonces empiezan a creerme. Pero no al cien por ciento?.

Con salarios muy precarios en los hospitales estatales, muchos médicos polacos se iniciaron en el lucrativo negocio de la cirugía plástica a mediados de la década de 1990.

Es difícil obtener estadísticas sobre el número de pacientes atendidos, pues la mayoría de las operaciones se efectúan en clínicas privadas. Sin embargo, las autoridades de la sede de la UE en Bruselas y los médicos de Szczecin dicen que la tendencia sigue en alza en ciudades fronterizas como ésta, un puerto ubicado a sólo 16 kilómetros de Alemania y al que puede llegarse por transbordador desde Dinamarca.

Por ejemplo, Pier y Hanna Jensen, una pareja retirada, viajaron siete horas desde Copenhague hasta Szczecin para someterse a un tratamiento dental.

Dijeron que en Dinamarca dicha operación les hubiera costado 17 mil dólares más. Es un ahorro enorme, incluso tomando en cuenta el costo del transporte y el alojamiento, y su aseguradora les reembolsó parte de los gastos. Antes de que Polonia entrara a la UE, la compañía de seguros no les habría pagado nada.

Además, ?los dentistas aquí son fantásticos?, señaló Pier Jensen, de 67 años.

El lado negativo lo experimentan los odontólogos y cirujanos plásticos alemanes, quienes no están nada contentos con la tendencia.

El doctor Heinz Bull, director de la Sociedad Alemana de Cirugía Estética, dijo que los pacientes que viajan a otros países pudieran tener alguna complicación tras el regreso y no podrían consultar con el médico que los operó o efectuó el tratamiento.

Claro que Oflas prefiere a sus doctores polacos.

?En Alemania son fríos?, dijo. ?Aquí (en Polonia) los médicos hacen lo que creen más conveniente para el paciente?.

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