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MAR DEL PLATA, ARGENTINA.- Los episodios de violencia ocurridos durante las últimas 48 horas en Buenos Aires, Argentina, encendieron las luces de alerta en esta ciudad del Atlántico argentino, donde tiene lugar la IV Cumbre de las Américas.
Cientos de usuarios protestaron la víspera por la suspensión de trenes en una estación de la capital argentina, destrozaron vagones y realizaron saqueos en comercios aledaños, en incidentes que dejaron un saldo de 21 heridos y 87 detenidos.
Durante la mañana de ayer miércoles, también en Buenos Aires, empleados estatales reclamaron incrementos salariales, quemaron automóviles y fueron reprimidos en un operativo que aumentó de intensidad y durante el cual tres personas resultaron heridas.
Fuentes de la sede del Gobierno nacional argentino aseguraron que los hechos no tienen relación entre sí, pero advirtieron que las autoridades están averiguando si hubo provocadores que quieren generar un clima de violencia previo a la Cumbre de las Américas.
El ministro de Seguridad, León Arslanián, advirtió que las protestas en la estación de tren se salieron de control porque gran parte de los efectivos policiacos está custodiando Mar del Plata y en Buenos Aires hay un número insuficiente.
En Mar de la Plata, a donde hoy jueves comenzarán a llegar 34 jefes de Estado y de Gobierno para asistir a la cita continental, entre ellos el presidente estadounidense George W. Bush, fue reforzada la vigilancia en torno a la denominada II Cumbre de los Pueblos.
Durante el Cónclave, -alternativo a la Cumbre de las Américas-, participan alrededor de cinco mil organizaciones sociales de América Latina que insisten en que de ninguna manera provocarán actos de violencia, pese a la psicosis que comienza a incrementarse.
