¿Qué se necesita para lograr paralizar la zona centro de Gómez Palacio, para desquiciar el tráfico... para retar a las autoridades y finalmente imponerse? Bueno, la respuesta la tienen los amos y señores del transporte público en la Comarca: evidentemente, organización, poder de convocatoria y movilización. Saber gritar y corretear a los funcionarios públicos y la habilidad de saber leer, correcta y puntualmente los mensajes de debilidad que mandan generosamente los que gobiernan... para actuar en consecuencia.
El martes, en lo que significa no más que el último episodio de un problema añejo, alimentado con las vitaminas de la tolerancia sino que contubernio de administraciones anteriores y la escasa o nula voluntad política de la actual para tomar el toro por los cuernos, taxistas bloquearon durante horas las calles aledañas al Edificio Durango. Solicitaban, exigían la condonación de refrendos y ninguna autoridad fue capaz de poner orden.
Ayer, los líderes transportistas de ocho organizaciones, entre ellas la Alianza, el Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular (FOCEP), y de la Central Campesina, Urbana, Democrática y Popular (Ccudepo), se reunieron con las autoridades estatales y municipales. En el fondo, sólo se logró ganar tiempo, ya que sobre la mesa no existe ninguna estrategia para solucionar de fondo el conflicto.
Destaca la postura del alcalde Octaviano Rendón Arce, quién al encarar a los taxistas les dijo: “los comprendo, pero ustedes entiéndanme a mí; no me bloqueen las calles, es lo único que les pido”. La máxima autoridad en Gómez Palacio señala que su respuesta no es blanda y asegura que si hay un nuevo bloqueo ahora sí girará instrucciones para que los retiren con la fuerza pública. Ante esto, sólo queda pedir a los transportistas que moderen sus demostraciones de fuerza y en honor al tono de Rendón Arce, habría que agregar a la solicitud el respectivo “por favor”.
