Querida Secretaria:
Toda la gente sueña pero no de igual manera. Los que sueñan de noche despiertan por la mañana y se dan cuenta que fue una ficción. Los soñadores de día actúan sus sueños para hacerlos realidad.
T. E. Lawrence.
Los sueños, ya sean para escapar o para deleitarse, contribuyen a nuestro bienestar emocional. Desprovistas de ilusiones, estamos menos capacitadas para combatir las presiones de nuestra existencia diaria.
Las ilusiones nos proporcionan energía mental y son de ayuda para recordar pendientes; funcionan como barrera contra el estrés y el aburrimiento, además promueven los poderes de concentración y ciertamente propician pensamientos creativos. El soñar de día también contribuye a nuestra capacidad de atención y aún a nuestro crecimiento intelectual.
El bien vivir comienza haciendo un retrato en tu imaginación de lo que te gustaría ser o hacer. Retrátate como perdedora y esto hará imposible la victoria. Retrátate como ganadora y eso contribuirá de manera definitiva para lograr el éxito. Luego imprime en tu memoria los anhelos de tu retrato triunfante como si ya los hubieras alcanzado. Es recomendable que sueñes despierta cuando estés sola y sin preocupaciones.
Una explicación de este proceso es que una imagen vivaz del éxito puede llevarnos a la superación, ya que nuestro sistema nervioso no detecta la diferencia entre una experiencia imaginada y una real.
Los ensueños suministran nuevas ?memorias? o almacenan datos en el cerebro y en el sistema nervioso central y esas memorias positivas enriquecen la imagen propia.
Trata de darte a ti misma unas vacaciones de diez a 15 minutos o haz un viaje con tu ego todos los días. Una vez que aprendas a vivir con tus sueños como parte de tu vida diaria, podrás empezar a trabajar para hacerlos parte de tu realidad.
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