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YAKARTA, INDONESIA.- Un poderoso terremoto estremeció una zona oriental de Indonesia ayer y causó que miles de personas abandonaran despavoridas sus viviendas, aunque no surgieron de inmediato reportes de lesionados o daños.
El epicentro del temblor de magnitud 6.9 estaba en el Mar de Flores, unos 60 kilómetros al oeste de la aldea de Bau Bau en el sudoeste de la isla de Sulawesi, dijo Budi Sulistiono, funcionario de la oficina meteorológica local. El temblor se registró a las 8:04. Sulistiono dijo que el seísmo se produjo unos 35 kilómetros bajo el mar.
El movimiento telúrico no tuvo relación con un terremoto de magnitud 9.0 que estremeció Indonesia el 26 de diciembre, causando una serie de olas gigantes que mataron a más de 120 mil personas en el sur de Asia y el oriente de África, informó el Centro de Estudios Geológicos de Estados Unidos.
Aunque fue poderoso, el sismo de ayer resultó mucho menos intenso que el registrado el 26 de diciembre y difícilmente pudo causar tsunamis, según el centro norteamericano.
En Bau Bau, el funcionario policial Dui Sampurno dijo que la mayoría de los residentes había regresado a sus viviendas, después de los episodios de pánico causados por el terremoto.
Radio El-Shinta de Yakarta informó que los vecinos de Bau Bau huyeron por temor a un maremoto.
La alarma se produce cuando los ex presidentes de Estados Unidos Bill Clinton y George Bush padre prevén visitar hoy domingo, el norte de la isla de Sumatra, la zona más devastada por el cataclismo del 26 de diciembre y donde se siguen produciendo réplicas, como la registrada el jueves pasado de 5.9 grados de magnitud.
Ayer los ex presidentes norteamericanos se encontraban en la población tailandesa Ban Jam Jem, una localidad también afectada por el tsunami. Bush, padre del actual mandatario George W. Bush y el ex presidente Bill Clinton permanecieron en la región en medio de un intenso calor tropical y los niños que perdieron a sus familiares durante los maremotos les mostraron dibujos de inmensas marejadas, helicópteros de rescate e inundaciones que arrastraban personas, vehículos y embarcaciones.
Los ex presidentes visitaron después un monumento para honrar a los turistas extranjeros que fallecieron y luego cenaron con el primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra.
El actual mandatario estadounidense pidió a su padre y a Clinton que lideraran el esfuerzo norteamericano de brindar asistencia privada a cientos de miles de víctimas de los tsunamis. Planean también visitar Indonesia, Sri Lanka y las Islas Maldivas.
“No creo que haya habido una tragedia que haya afectado tanto los sentimientos de la población estadounidense como la del tsunami”, expresó George H. W. Bush en la población de Ban Nam Jem.
“No creo que tenga un límite. Es tan devastador. Están aún descubriendo ruinas y recuperando cadáveres”, sostuvo.
Tras llegar ayer a la isla turística de Phuket, los dos ex mandatarios subieron a un helicóptero militar estadounidense y luego arribaron por tierra a Ban Nam Jem.
Una multitud de varios cientos de pobladores los saludó desde atrás de unas barreras de contención y un grupo de niños tailandeses vestidos con camisetas blancas y gorras rojas agitaba banderas estadounidenses de papel.
Los ex rivales políticos dijeron que sus viejas diferencias eran irrelevantes ante la tarea que tenían por delante.
“En temas sobre los que no puede haber debate, no debe haber problemas”, expresó Clinton mientras Bush permanecía cerca.
Clinton dijo que “cerca de un tercio de los hogares estadounidenses ha contribuido a los esfuerzos de ayuda”.
“Cuando se trata de ayudar a la gente, la política queda a un lado”, declaró Bush. “He disfrutado de trabajar con el presidente Clinton. Fuimos adversarios políticos. El actual presidente y él no siempre coinciden. Pero eso no es lo importante aquí”.
En una rueda de prensa con el primer ministro tailandés, Clinton expresó que algunos gobiernos e individuos privados habían comprometido unos siete millones de dólares de ayuda para Asia y se necesitaban cuatro mil millones de dólares para el proceso de reconstrucción, que llevará años.
Thaksin dijo que los tailandeses estaban “muy emocionados y agradecidos” por el respaldo estadounidense.