EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Precandidatos contrastantes/Plaza Pública

Miguel Ángel Granados Chapa

Es inevitable percibir el contraste entre los modos en que están presentes en la atención pública los precandidatos a la Presidencia. Los del PRI se incriminan recíproca, justa y ruidosamente. Los del PAN, en cambio, acatan la orden de callar, de no ventilar en público las denuncias sobre comportamientos electorales como los que por décadas padeció y denunció ese partido. El silencio incluye la supresión del segundo debate previsto en la convocatoria. Simultáneamente, esos precandidatos -casi todos- figuran en onerosos mensajes en horario triple A de la televisión, pagados con fondos inescrutables.

Carente de recursos económicos, en cambio, Andrés Manuel López Obrador ha recorrido la República en su condición de precandidato único en el PRD y luego como virtual candidato, que aún no rinde protesta. No ha gastado un centavo en publicitar su postulación en los medios electrónicos y dedica los escasos fondos de que dispone a hacer política, por un lado en contacto directo con la gente y por otro lado prefigurando el talante de lo que sería su Gobierno si llega al Poder Ejecutivo.

Anteayer presentó a un grupo de asesores, con los que ha venido reuniéndose de tiempo atrás, pero que ahora adquirieron status público. No forman un Gabinete prematuramente designado, por varias razones. Primero, porque para nombrar secretarios de Estado es indispensable ganar la Presidencia. Y ninguno de los involucrados en esta acción -López Obrador y sus asesores- son inmaduros como para hacer hoy las cuentas de la lechera, forjarse ilusiones respecto de acontecimientos futuros afectados por multitud de factores fortuitos. Después, porque su colaboración al ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México es entera y doblemente gratuita, ya que no recibirán retribución alguna por su tarea, y no la ejercen en espera de recompensa política o administrativa alguna. Ninguno es o ha sido un grillo buscachambas.

Importa detenerse en el variado talante y los diversos orígenes de estos asesores, cuya cercanía con López Obrador contradice varias de las consejas urdidas en torno al aspirante perredista. Se le imputa ser un autócrata carente de oído para la crítica y la opinión, ser refractario a la cultura y aun antiintelectual, mantener animosidad contra la economía privada y sus practicantes, y ser víctima de sus rencores. La naturaleza profesional y humana de este grupo constituye una suerte de gran respuesta a esos pequeños mitos.

En el breve consejo de asesores figuran dos Premios nacionales, un ex ministro de la Suprema Corte, un ex presidente de la Barra Mexicana, el principal colegio de abogados, un consultor de importantes firmas mexicanas y extranjeras, un experto en culturas germánicas. Es posible asegurar que en las actuales circunstancias ningún precandidato puede reunir en torno suyo tanto prestigio, talento y autoridad moral como los que fulgen en este grupo.

Mencionaré a sus miembros en el orden alfabético de sus apellidos:

Juventino Castro y Castro es un jurista que en ese carácter ha servido a los tres poderes de la Unión. Fue elegido uno de los once ministros con que en 1995 se renovó la Suprema Corte de Justicia y en noviembre de 2003 concluyó el periodo para el que fue elegido. A sus 87 años, tras escribir más de 20 libros, en vez de entregarse al reposo anima la asociación civil Cambio de la cultura en México.

Enrique González Pedrero es uno de los raros ejemplos del intelectual político que camina con soltura en ambos senderos. Dirigió la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, donde años después se graduó López Obrador, a quien encargó la presidencia del PRI en Tabasco, cuando fue gobernador. Disputaron por la velocidad del cambio que ambos propugnaban y tiempo más tarde se reconciliaron. Prepara el tercer volumen de su monumental investigación sobre Santa Anna: País de un solo hombre.

José María Pérez Gay, director del Canal 22 y embajador en Portugal, ha traducido la obra de autores en lengua alemana que van de Hans Magnus Enzesberger a Elías Canetti y los miembros de la escuela de Frankfurt, y es autor de su propia obra de ensayo y novela, de las que cito El imperio perdido y Tu nombre en el silencio.

Elena Poniatowska recibió dos premios nacionales, de periodismo y de literatura. Es tan prolífica que escribe hace más de medio siglo y apenas la semana pasada presentó su libro más reciente, una novela sobre Demetrio Vallejo y el movimiento sindical ferrocarrilero. Y el Fondo de Cultura Económica ha iniciado la edición de sus Obras reunidas.

Javier Quijano presidió la Barra Mexicana, es secretario general desde 1993 de la Unión Iberoamericana de Colegios de abogados y desde hace poco es parte del Consejo jurídico consultivo de la UNAM. Se aproximó a López Obrador al calibrar la peligrosidad del intento de desafuero. Rogelio Ramírez de la O estudió economía en la Universidad Nacional y se doctoró en la de Cambridge y asesora a empresas sobre riesgos y perspectivas del mercado mexicano. Ha estudiado el impacto del TLC para instituciones de EU, Canadá y Europa.

Luis Villoro, premio nacional de ciencias sociales, representó a México en la Unesco, estudió en París y Munich y se doctoró en la UNAM. Si bien ha ejercido cargos académicos es sobre todo un pensador y autor de libros tan significativos hoy como Los grandes momentos del indigenismo en México y Fundamentos de una ética política. Es miembro del Colegio Nacional y emérito del Sistema Nacional de Investigadores.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 175048

elsiglo.mx